El hecho histórico vasco en la unidad imperial de España / Juan Pablo de Lojendio., 1935 / Muchas veces he pensado yo por qué, pasado el siglo XVI en el que, como digo, el País Vasco entero aparece adscrito a todas las grandes tareas comunes-, ya en el siglo XVII, se inicia una suete de divorcio entre las obras y las preocupaciones generales de España y el país nuestro, que comienza a aislarse un poco y a llevar una vida concentrada, sin nervio y, desde luego, sin brillo. Ya no da hombres de acción, sino secretarios de despacho y funcionarios acomodados en la burocracia de nuestra decadencia.
Y hube de hallar la explicación en una observación certera de nuestro brillante y erudito escritor Miguel Herrero García, que advierte que la literatura de nuestro siglo XVII abunda en diatribas contra la gente de mar.
No cabe duda de que ello es ya un síntoma de nuestra decadencia: navegantes y marineros han sido siempre avanzada de empresas imperiales. El mar fué para nosotros como para todos los grandes pueblos- el camino del Imperio.
Y no es sino una prueba de que España se aparta de él esta de que sus hombres más selectos que a menudo suelen ser los más equivocados- reputen bajas y subalternas las artes del mar. Y siendo éstas tan características de los vascos, explicase también cómo disminuye el interés de su aportación al conjunto de nuestra España, asomada ya al borde de su decadencia.