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Atzo Atzokoa

Autor:  Quadra Salcedo, Fernando de la
Titulos:  ¡Cavernícolas, cavernícolas!: defensa de la obra de los vascos, por Xavier de Azcoitia
Nota:  62 p.; 18 cm
Subtit. precede al tit.
Digitalizado
Editor: Bilbao: Imp. Mayli 1931
Materia: Euskadi-Civilización
CDU:   008(=916.9)(04)

Localizacion         Sign.Topografica
FONDO DE RESERVA         C-338 F-29
Estado NO PRESTABLE

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Defensa de
la obra de
los vascos

 

¡CAVERNÍCOLAS,
CAVERNÍCOLAS!

 

POR XAVIER
DE AZCOITIA

 

Defensa de
la obra de
los vascos

 

¡CAVERNÍCOLAS,
CAVERNÍCOLAS!

 

POR XAVIER
DE AZCOITIA

1931
Imp. Mayli
Bilbao

 

Por mano de don José Ortega
Gasset, domador de jabalíes, a sus
educando, bajo el lema “Delenda
est stultorum Republica.”

XAVIER DE AZCOITIA

Valle de Iraurqui, Septiembre de 1931.

 

PRELIMINAR

Los cavernícolas

Con notoria se ha llamado a los vascos en el seno de las Cortes Constituyentes, peyorativamente, cavernícolas. Principalmente iba dirigidos estos ataques, verdaderos epifonemas y casi guturaciones inarticuladas, a las minorías agraria y vasco-navarra. Los componentes de éstas, rechazaron indignados tales desacompasados gritos y aunque no acudieron a los irrintzis, que bien pudieran, para ahogar la zalagarda producida en el hemiciclo democrático –scis, no dejaron de contestar, siquiera fuera pasajeramente, en sucesivos discursos a la imputación que suponía apellidar gente de las cavernas a aquellos precisamente que salieron de ellas antes que nadie, para quitar en esta tierra ibérica, y aun en toda Europa y América, los anillos nasales a pueblos oprimidos en su ignorancia o en su esclavitud.

Después de leer estas páginas, se comprenderá mejor el error en que se encuentra una mayoría racionalista que seguramente comparte el criterio beluíno del origen del hombre.

Yo, ya sé qué entre los Diputados hay algunos que no ignoran muchas cosas de las que voy a expresar pero tampoco se me oculta que no se atreven o no creen momento oportuno enseñarlas a sus compañeros de mandato para que no abriéndoles nuevos horizontes queden inalterables en sus doctrinas de partido y voten en masa con propias renunciaciones, como si en España las facciones constituídas no fueran apagados ecos de doctrinarismos gastados en Europa o mal traducidos por nuestros contados campeones socialistas o colectivistas.

Parten del divorcio entre la ciencia y la fe y esquivan en sus juicios toda la historia del siglo XIX revisor de este pleito en polémicas y obras fundamentales, en las que quedó para siempre sentado el principio de que la fe, hablo en concreto de la fe cristiana, que supo purificar la vieja filosofía preparando el renacimiento de cuyo hecho se deriva todo examen liberal o restringido, que ha elevado al Occidente a la categoría de Luz del Universo.

 

Capítulo I
HASTA EL SIGLO V
La prehistoria. Lo romano. El cristianismo
Los godos.

La historia de la prehistoria, no es común a todos los pueblos. Algunos han surgido en plenos períodos conocidos-Los vascos, éstos sí tienen su historia dentro de la prehistoria-La tienen como los cántabros y en general cuantos pueblos habitaron la parte Norte de la península.

Las estaciones humanas de la época cavernícola, abundan en nuestro suelo y tanto en Altamira como en Basondo el cántabro y el caristio, dejaron a su paso por la edad magdaleniense los monumentos de su obra artística. Lo que significa en la historia del arte, la cultura rupreste, está bien determinado en las obras conocidas sobre estos extremos. Las citaré par quien desee confirmar mis afirmaciones. “Las cavernas de Cantabria”, por el Abate Breuil y Alcalde del Río-“La Cueva de Altamira” por el Abate Breuil-“La Cueva de Basondo”, por la Comisión de Monumentos de Vizcaya-“La Cueva de Santi Mamiña de Cortezubi”, por don Telesforo de Aranzadi.

Cuando los glaciares desaparecen y el frío huye hacia el Norte, van saliendo los hombres de sus cavernas y alzan las construcciones palafíticas. En el País Vasco son éstas, típicas, lo mismo que los hórreos, y para cerciorarse de este aspecto, léase la obra del doctor Eugenio Frankouski, “Hórreos y Palafitos”. Es decir, que los cavernícolas vascos dejaron sus moradas subterráneas, antes que otras razas, a las que después fueron civilizando. Lo rupestre de Levante es más moderno.

 

Lo Romano

Más tarde, sin perder sus características, adoptaron de la civilización romana loq ue útil creyeron, conservando siempre el monoteísmo y usando de la cruz e insignia llamada cántabra, antes de aparecer el cristianismo, en expresión de Aureliano Fernández Guerra y Orbe, del P. Fidel Fita y de otros que se apoyan en la obra de Hubner “Corpus inscriptionum latinarum”.

Rindieron culto a las Artes, como lo demuestra el Plato o Disco de Otañez, uno de los ejemplares maravillosos que se conserva de aquel momento, dedicado a la fuente llamada Salus Umeritana.

La Sibila Eritrea quiso venir a Vizcaya, o antigua Cantabria, atraída por el foco de cultura que se formó en este país, y murió aquí, como lo afirman diversos escritores. Para ampliar conocimientos sobre este punto y momento romano en nuestra civilización, debe leerse el tomo primero de la obra de don Marcelino Menéndez y Pelayo, “Los Heterodoxos”, segunda edición”.

Si en esta parte de los vascos y cántabros hay datos suficientes para tenernos un respeto lleno de ponderaciones, volviendo la vista a Navarra y ribera del Ebro, confín de los vascos, la influencia de la cultura adquiere un carácter indígena capaz de producir aquel Quintilianus Noster, maestro de la buena latinidad. Calahorra y su cultura queda enclavada en el ámbito de nuestra raza y de nuestro designio político.

Para ampliar datos sobre eta época romana, pueden verse “La Cantabria”, de Fernández Guerra; Florez, “La Cantabria”; Risco, “Impugnación”; Fita “El Gerundense” y “La España primitiva”; “Schulten”, “Numancia”, Henao “Averiguaciones de Cantabria”; las obras de Juan García y las de don Angel de los Ríos.

 

SIGLO VI – VIII

El Cristianismo

Lo cristiano adquiere caracteres expresos entre los cántabros y los vascos. El Beato de Liébana, llamado también Oveco, o Beco de Liébana, es el primer cartógrafo que crea una verdadera escuela. Traduce y comenta el Apocalipsis de San Juan, y dá lugar a un movimiento de revisión interesante. Por el lado de los vascos berones, brillan Prudencio, Juvenco y otros poetas de quienes publicó las obras el jesuíta Faustino Arévalo, editor también de la obra isidoriana. Recientemente, Francisco Vera, autor de la obra “Historia de la Matemática”, se ocupa de Beato, y antes lo habían hechos muchos, como M. y Pelayo. Si en la Literatura y en Humanidades hubo hechos visibles, en Arquitectura dejó aquella edad ejemplares románicos tan excepcionales como los templos del Valle de Mena –Vivanco, Siones y Vallejo.

 

Capítulo II
SIGLOS IX – XII

La civilización Carolingia

Los Reyes de Navarra protegen lo carolingio. Esparcen la semilla benedictina y en San Millán de la Cogolla y en Santo Domingo de Silos y en Leire, Roncesvalles y San Miguel Excelsis, brilla la cultura navarra de los siglos primeros.

Pero, para qué alargarnos en citas interminables; baste la mención de dos objetos que nos han sido arrancados a los cavernícolas, en dos momentos revolucionarios diferentes, y conste que pudiéramos hacer un catálogo más profuso que los de Gómez Moreno con obras sustraídas, so color de legalidad, a la tierra de los vascos, por los carpetanos de Vallecas. Los Marfiles de San Millán y el Códice Emilianse (*). ¿Si ambas obras son de nosotros, los cavernícolas, por qué os interesan tanto?

¿A un pueblo que posee, a pesar de tanta rapiña, obras como el frontal bizantino de San Miguel Excelsis, casi único ejemplar en el mundo, se le puede tachar de inculto en aquella y en esta época?

 

Capítulo III
SIGLOS XII – XV

El primer Renacimiento

Ya en el primer Renacimiento son los vascos y cántabros quienes tienen preparada una acción que ha de ser básica para ulteriores hechos.

Es un vasco cántabro, el Canciller Pero López de Ayala, nacido en Salvatierra de Alava y muerto en Quejana de Respaldiza, el encargado de mantener una cultura y fundarla sobre Castilla. Había recogido la tradición latina a través de los muzárabes y de los cenobios del Pirineo. Los libros de la Abadía de Urdazpal son los que maneja el tutor de Ayala, el Cardenal Barroso.

Ayala escribe: Las Crónicas de los Reyes – El Libro de cetrería – El Rimado de Palacio – Los Morales de San Gregorio – y finalmente en su manera a los de su época, que pasan luego a ser inmortales en “Las Generaciones y Semblanzas” de su sobrino Juan Pérez de Guzmán, Señor de Batres.

De la misma sangre alavesa es la Casa de Mendoza, cuya acción en el mundo es tan notoria entre los universitarios de toda la latinidad, que constituye una de las páginas más brillantes del individualismo vascongado.

Lo mendocino ha formado ya en su etapa un estilo y un modo. Iñigo López de Mendoza, el marqués de Santillana; he aquí un genuíno representante de nuestra cultura erudita en la época a que me refiero.

Id. El Cardenal Mendoza, fundador del Colegio de Santa Cruz, de Valladolid, cuyo primer Rector fué otro cavernícola, el vasco Juan de Marquina.

El Gran Cardenal, gloria de su sangre vascónica y de Castilla por haber moldeado con sobriedad y sabiduría la unidad confesional, en momentos en que su falta, significaba peligro de orden civil y político.

Sobre este momento, léanse las obras siguientes. “Las Crónicas del Canciller Ayala”; editadas por Eugenio de Llaguno y Amirola (también vasco); “Las obras de Ayala”, en la Col Rivadeneira; “Id. las del marqués de Santillana; “Los Mendoza de Guadalajara”, Lampérez; “Historia de Valladolid”, por Sangrador; “Historia del Colegio de Santa Cruz”.

 

Capítulo IV
SIGLO XVI

El origen del derecho público

No es muy grato exponer, siquiera sea rápidamente un capítulo sobre el origen en Europa del Derecho público, el cual surge entre los escritores casuístas o moralistas del siglo XVI, que tienen naturaleza vasca o cántabra.

Así don Vicente Lafuente en su obra “La enseñanza tomística en España”, dice: “Báñez está reputado justamente como el primer tratadista metódico de Derecho público, mucho antes que Grocio y otros escritores, y siendo la doctrina de Báñez pura de Santo Tomás, se puede decir que sobre ello se empezó a plantear la doctrina del Derecho público europeo desde el siglo XVI”.

Báñez, de quien dice Nicolás Antonio: “dictus mondragonensis revera valmasedanus”. Pero, además, de este Domingo Báñez de Artazubiaga, se nos debe en la liberación universal del cesarismo la figura de Francisco de Vitoria. Su naturaleza, vasca, viera la luz en Burgos o Vitoria, es patente. El autor de las Relectiones representa la potencialidad de una raza enfrentada con los arduos problemas de la filosofía y del derecho. Como era un teólogo formidable, pudo arribar a las sutilezas intelectuales y dióse su volumen Relectiones Theologica el año 1557. Consta de 13 disertaciones, siendo la lección quinta la que trata de Indiis y la sexta de Jure belli. Por ambas, pero sobre todo por esta última, es considerado Vitoria por todo el mundo sabio, como el padre del Derecho internacional. Es su primer tratadista. Antes que Gentili, antes que Grocio, antes que los franceses.

Si el vasco Vitoria crea el Derecho de gentes y el internacional, otro vasco, Fernando Vázquez Menchaca, autor de las Ilustres controversias, 1554, crea la teoría de la libertad de los mares-explicando la tesis del mare liberum y del mare clausum-. Hugo Grocio cita a ambos, a Vitoria y a Báñez, en cada página de su obra publicada en 1625.

Antes que Ayala, hombre civil, se distinguió en Francia e Italia el bermeano Fortun García de Arteaga Ercilla, gran amigo de Sepúlveda, de quien dijo Socino ser “Vir profecto magnae speculationis”. Su obra De la puerta y el duelo es un precedente para estudiar el origen del Derecho de gentes de Europa. Se escribió en 1517 y las demás obras de Ercilla, impresas en Bolonia, son del año 1514 y siguientes.

Nys, el catedrático de Derecho inernacional de la Universidad de Lovaina, ha hecho el examen de algunos de estos cavernícolas y cita también a Miguel de Azpilcueta, autor, entre otras muchas obras, del Tratado de Preda y a Miguel de Aguirre, que escribió el Responsum pro sucessione regni portugalliae. Ambos forman en aquel cuadro de primeros introductores en el mundo sabio del Derecho de gentes. (Véase la obra “Le droit de gents et les ancies jurisconsultes espagnols”, por Nys).

Hugo Grocio confiesa lo mucho que debe a los escritores que le precedieron, sobre todo a los moralistas españoles, que son estos vascos que citamos, pues Grocio no cita a otros.

De este gran tronco de la ciencia moldeada por estos ilustres vasscos, nació luego de Grocio, Pufendorf, y más tarde Juan Selden, que recoge las palabras del vizcaíno Menchaca. Sobre la teoría de todos, nació la del derecho voluntario, impuesta por Wolfio en el momento en que Bernardino de Saint Pierre, de quien dijo el Cardenal Dubois acerca de sus obras, que eran “Sueños de un hombre de bien”; inventan la paz universal sobre el proyecto de la Sociedad de Naciones, ya expresamente expuesto por Vitoria. Jeremías Bentham y J. Jacobo Rousseau, se apoyna en Saint Pierre, y lo comentan, y el ginebrino lo publica. El mismo Kant, en 1795, lanza su Proyecto de paz perpetua. Ensayo filosófico, abogando por la paz, el derecho representativo y la federación de naciones.

¿Estos cavernícolas vascos nos han traído las gallinas y queremos, además, desplumarles?

Bibliografía.- Para Vitoria. Véanse las obras de los frailes P. Beltrán de Heredia y P. Getino.-Para Menchaca, lo escrito por el catedrático señor Clemente de Diego, en la Rev. de “Jurisprudencia”, y los trabajos en la Rev. “Razón y Fe”. Para los demás, Nys, y para cada uno sus boras originales que se hallan en las bibliotecas de Salamanca y en la Universidad Central.

 

Capítulo V
SIGLO XVI
Las Ciencias sociales. La utopía y el socialismo.

También en estos asuntos hemos sido los vascos una parte interesante en el desenvolvimiento de las doctrinas utopistas que luegon han dado lugar al movimiento de liberación en todo el orbe.

Ya estaba en Platón el germen de muchas de estas ideas en su obra de la República. Sin pararse demasiado en los neoplatónicos, como San Dionisio Areopagita, en el renacimiento y en Marsillo Ficino, el que tenía perpétuamente la lámpara encendida en la corte de los Medici, todo esto de tipo cristiano y aristocrático, vengamos a la Península Ibérica.

Al mismo tiempo que Tomás Moro, el fraile Antonio de Guevara escribe, en 1518, su Reloj de Príncipes y Vida de Marco Aurelio. En estos magníficos capítulos de castellana prosa, está el arranque de la teoría utopista, especialmente en el conocido universalmente por El Castellano del Danubio, especie de Robinson Crusoe, de quien Guevara hace una pintura inmortal.

Este Frailazo de Guevara, el ingenio más vario y periodístico de su época, líder imperecedero en Villabrágima entre los Comuneros, es el autor del “Menosprecio de Corte y Alabanza de Aldea”, en donde se desarrolla la teoría de la sociedad primitiva con las limitaciones que a un cristiano merece esta doctrina.

Es tal la importancia de Guevara y Garibay, que formó escuela en Italia, Francia e Inglaterra, influyendo directamente en Campanella, Moro, Guillermo Postello, Guy de Balzac, Luli, y fué el padre del eupheismo.

La utopía realizada. – Pero cuando ciertamente quedó realizada la utopía predicha por Platón, por Guevara y por Postello, el confidente de los Reyes bearneses de Navarra y Francia, es cuando el año 1675 se inició y en 1730-1750 estaba en marcha la República del Paraguay, es decir las famosas reducciones, de las cuales hace el elogio más conocido Montesquieu en su obra “Esp des Lois”, y Muratori en su “Il cristianesimo felice”.

Oigamos un momento al Vizconde de Chateaubriand, autor del “Genio del Cristianismo”, en esta obra y en su capítulo de Las Misiones: “Habiendo llegado los misioneros a Buenos Aires, volvieron a subir el río de la Plata, y, entrando en las aguas del Paraguay, se dispersaron en sus bosques. – Muchos de ellos murieron allí de hambre y de fatigas, otros fueron asesinados y devorados por los salvajes. Al P. Lizardi se le encontró sobre una roca, atravesado de flechas, su cuerpo medio despedazado por las aves de rapiña, y junto a él, su breviario abierto, hacia el oficio de difuntos”.

Este P. Lizardi era nacido en Asteasu (Guipúzcoa) y fué uno de los grandes hijos del gran Iñigo de Loyola. Fué la sangre fecunda sobre cuyo sacrificio se liberó la indiada, formando una nación cuya vida y progreso causó sensación en Europa cuando los citados autores Montesquieu, Muratori, Charlevois y Cateaubriand pusieron en el centro de la sociedad intelectual francesa el relato verídico del esfuerzo realizado entre gente salvaje secularmente.

Entonces, muchos escritores franceses quisieorn ensayar entre los obreros franceses, lo que los jesuítas habían verificado entre los salvajes del Paraguay. Lo hubieran conseguido, pero a Saint Pierre, a Bentham, a Fourier, a Luis Blanc, a Proudhon les animaba más que un espíritu de sacrificio, el aura de popularidad y el rencor de fracasados ante una burguesía tibia. Los falansterios y otras organizaciones pasaron a la Historia con la marca de lo bufo. Entonces el socialismo se dedicó a destruir, ya que había fracasado en el invento, en su aplicación y en su sentido ético y político echándose en brazos del internacionalismo.

 

Capítulo VI
SIGLO XII
Los descubridores y colonizadores vascos. Dan por
primera vez la vuelta al mundo. Organizan
el primer mapa de América

En estos momentos en que no pequeña parte de los escritores de América están trabajando en la biografía y hechos de los caudillos y colonizadores vascos, sería, excesivo, dentro de los límites de estas líneas, enumerar siquiera la falanje de vascos que han descubierto y colonizado en América.

Es este un hecho notorio en el mundo sabio, pero en gracia a la brevedad he de citar los nombres de los héroes y estadistas más admirables, a los que rinde América, desde Estados Unidos al territorio de la Argentina, un himno de piedra y bronce.

Juan de Garay, fundador de Buenos Aires, “hidalgo vizcaíno”.
Diego Ortiz de Zárate, de Orduña. Llevó, el primero a el Plata, 4.000 cabezas de ganado.
Bruno Mauricio de Zavala, fundador de Montevideo, de Durango (en Vizcaya).
Juan de Salazar y Martínez de Irala, ambos fundadores de la Asunción, el primero de Orduña y el segundo de Vergara.
Lorenzo de Aldama, fundador de Cali, natural de Alava.
Martín Ruiz de Gamboa, fundador de Castro de la Nueva Galicia, natural de Aramayona (Alava).
García de Mendoza, fundador de La Concepción, en Chile; natural de Alava.
Gil de Avalos, fundador de Cuenca en Ecuador, natural de Navarra.
Francisco de Ybarra, fundador de Durango, Llerna, Nombre de Dios, San Juan de Sinaloa, San Sebastián: natural de Eibar (Guipúzcoa).
Juan de Oñate, fundador de Guadalajara,; natural de Guipúzcoa.
Andrés López de Galarza, fundador de Ibague; natural de Navarra.
Juan Salinas Loyola, fundador de Loyola; natural de Guipúzcoa.
Francisco Ozpiña, fundador de Nuestra Señora de los Remedios; natural de Alava.
Pedro de Ursua, fundador de Pamplona; natural de Navarra.
Bartolomé de Alava, fundador de Nueva Salamanca, natural de Alava (Vitoria).
Martín Hurtado de Arbieto, fundador de San Francisco de la Victoria, natural de Orduña.
Miguel López de Legazpi, fundador de Manila, natural de Guipúzcoa.
Francisco de Aguirre, fundador de Santa María de Talavera, natural de Guipúzcoa. Fundó también La Serena.
Luis de Landecho, fundador de La Trinidad, natural de Munguía (Vizcaya).
Francisco de Garay, colonizador entre el río Missisipi y El Colorado, natural de Arciniega.

Colonizadores y cartógrafos vascos

Don Pedro de Mendoza, alavés, colonizó el río de La Plata y sus orillas.
José Goicoechea, colonizó La Patagonia e islas Malvinas.
José Arratia colonizó y exploró la ensenada de Barragán (América del Sur).
Diego Tomás de Andía, reconoció el cabo Blanco, Isla de los Reyes y Puerto de San Julián (Virreinato del Plata).
Pedro Miguel de Argandoña, colonizó Tucumán.
Domingo de Zamácola, fundó Carma, natural de Dima (Vizcaya).

Mas entre todos los descubridores del mundo, ocupa el primer lugar Juan Sebastián del Cano, natural de Guetaria, que por primera vez en la nao “Victoria” rodeó el orbe, y a quien, como el mundo sabe, concedió el emperador Carlos V el uso de armas con un lema que dice: “primus circumdedisti me”, 1522.

Juan de la Cosa es el primer cartógrafo del nuevo mundo, antes que Vespucio, y habieno sido piloto con el almirante Cristóbal Colón, extendió la carta marítima más importante de aquellos descubrimientos. Se le llama siempre en los diarios y papeles de la época, el Vizcaíno.

 

Capítulo VII
SIGLO XVI

El vasco San Ignacio de Loyola, realiza la contrarreforma

Tengamos un poco de serenidad y no demos vueltas a las cosas. Ignacio de Loyola es una figura excepcional y universal; es toda la contrarrefora, es el “substractum” del siglo XV y del XVI.

Desdeñar la personalidad de este hombre del catolicismo, es querer echar por la borda todo un útil capítulo de historia, todo un precedente en nuestros conocimientos. Ignacio de Loyola hace eslabó en la cadena de la historia del mundo, y esa cadena, si se rompe, sobreviene la ignorancia, la obscuridad y las tinieblas, porque la sola razón conduce a la desesperación, pero la razón, con la fé al triunfo en ésta y en la otra vida, que es lo fundamental.

Para juzgar a San Ignacio hay que leer sus obras, y para leerlas y juzgarle, comprarlas. Yo pregunto a los que le increpan: ¿podéis presentarme sus obras, las tenéis en vuestras bibliotecas, las tienen vuestros amigos, las habéis consultado, ojeado siquiera? No; pues no juzguéis por cuatro libelos difamatorios: oíd a las dos partes. Sed justos.

Este cavernícola, porque eso sí, estuvo en la Cueva de Manresa haciendo penitencia de sus devaneos, de sus amores, de sus delitos quizá, cuando le llegó la hora de la seriedad – a algunos no les lleganunca-, escribió dos libros que son inconmovibles.

El Libro de los Ejercicios y el Libro de las Constituciones.

El Libro de los Ejercicios, es el libro interior para el alma, para formarla, para orientarla, para conservarla y salvarla. Es un compendio de sabiduría espiritual; demuestra en su autor conocimientos teológicos, filosóficos, canónicos, ascéticos y místicos: es un resumen de estudios doctrinales y experiencias, todo oro potable, como decía Luis Blosio.

El Libro de las Constituciones, es un libro de organización; un libro exterior, fundado también en la base inconmovible del primero, en el de los Ejercicios: sale de él como la flor del tallo y el fruto del árbol.

El de Ejercicios se dirige al alma del cristiano, y del jesuíta que es, sólo un cristiano perfeccioando y elegido para ciertos ministerios; y el de las Constituciones, que forma la regla por la que ha de regirse esa milicia espiritual de la Compañía de Jesús.

Habiendo estudiado San Ignacio en Alcalá, Salamanca, Barcelona, París, Amberes y Roma, y tratado a lo más granado del orbe en aquellos ya apretados momentos en que se debatía el espíritu asistido de luces, hasta entonces desconocidas, es justo que, dado su genio y su observación, recogiese Loyola cuanto vió de bueno conducente a su fin, que fué, por sus libros y organizaciones, oponer un dique, alzar una muralla a la reforma de Lutero, quien, atrayendo a los príncipes alemanes con la aprobación de sus actos disolutos y de sustracciones a los bienes de la Iglesia, lanzó a Europa a una guerra religiosa, dividiendo el cristianismo en católico y protestante y nacionalizando frente al imperio cristiano de Roma los grupos biológicos que en inmenso caos alzaban sus rebeldías frente a la autoridad constituída que en otro tiempo les había sacado de la selva antropófaga.

Lutero y Loyola, la carne y el espíritu. Lutero, arrimado a una monja raptada y Loyola, acompañado para domarse, de la disciplina y el cilicio. Lutero, adulando a los grandes electores del imperio, y Loyola austero, frente a Carlos V y Felipe II. Lutero, negando la eficacia de las obras, y Loyola, el prototipo de la acción y de las buena acciones por un fin espiritual. Lutero, consolando su espíritu en la perfección de la lengua alemana para pulir el verbo en su Biblia, e Ignacio de Loyola, aprendiendo latín, a los treinta años, para entenderse con el mundo sabio y decirle, “No interpretáis bien el franciscanismo y la mística carmelitana; esto no es sólo oración, lectura, amor, contemplación; es íntegramente esto y buenas obras.

 

Capítulo VIII
SIGLO XVIII
Fundan los vascos las Sociedades Económicas
de Amigos del País
1767-1800

En el año 1767 se aprueban los Estatutos de la Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Francisco Xavier de Munive é Idiáquez, Conde de Peñaflorida, nacido en Azcoitia, fué el promotor y fundador de esta Sociedad, la primera de España.

Obedecía su pensamiento al sentido y plan fisiocrático innovado en Francia por Quesnel. Tan pronto como en Vergara se fundó la entidad económica y el Seminario o Escuela de Alumnos, las demás provincias de España empezaron a preocuparse del establecimiento de un Centro semejante, y así surgieron, a imitación de la Bascongada, las Sociedades Económicas de Santander, Logroño, Tudela, Sevilla, Zaragoza Madrid, Valencia, Canarias, Oviedo y Valladolid, hasta 52 derramadas por toda España y América.

Desde1767, hasta 1800, no cesaron los vascos de propagar la difusión de estas ideas, consistentes en el fomento de la agricultura e industria, mediante la enseñanza adecuada en Colegios o Seminarios provistos de adelantos modernos.

Los vascos, por medio de estas fundaciones, transformaron la enseñanza e hicieron ceder a la lógica, quien dejó el puesto al laboratorio. La obra de Losada dio paso a los trabajos de Gassendi, de Lavoisier y de los profesores de Vergara.

¿Qué hicieron los sabios vascos de Vergara? Responder a esta pregunta documentando la tesis, es propio de un libro “ad hoc”. Baste una ligera enumeración de descubrimientos y hechos puestos en vigor.

Descubrieron en el Laboratorio de Vergara el wolfran, aplicándolo a la fundición. Por eso se llamó y se llama a este fundente el Wolfram de Vergara. (Véase Carracido. Discurso inaugural del Congreso de Ciencias de Bilbao, 1918).

Purificaron el platino por vez primera en el mundo.

Para ello, Ramón Munive viajó por toda Europa, observando cuanto se sabía sobre metales.

El profesor Zavalo inventó un acero cementado mejor que el de los ingleses.

Se fabricaron telescopios de platino perfectos y otros objetos y máquinas de física.

Foronda, el economista, discutió con el Conde de Mirabeau, sobre la fundación de la Banca, publicando luego sus Cartas de Economía política, tratado excepcional del asunto.

Se tradujeron las obras de Marmontel por este mismo Foronda y por el maestro de Humanidades, Santibáñez.

Se tradujo y comentó la obra de Davenat y su matemática, por Arriquivar, en el trabajo de Reflexiones políticas.

Lorenzo de Benitua publicó su Tratado de Química, inspirado en los mejores modelos.

Se hizo un diccionario vasco – castellano, por Beovide, y se divulgaron las iniciaciones filológicas en Europa.

Se fomentó la jardinería, trayéndose a Europa plantas de América, exóticas, que fueron cultivadas con rara perfección.

Se creó un gabinete de Historia Natural y otro de Mineralogía. Se desarrolló el maquinismo agrícola.

Se fundaron telares y se adelantó el cultivo de la morera para la seda, y se fabricaron otros tejidos.

Se fomentó el acrecentamiento de la Compañía Guipuzcoana de Caracas, fundada por los vascos Munive, Lapaza, Iturriaga y Arteaga.

Se asentó al calígrafo Palomares y se publicó su obra con gran eficacia.

Se publicaron mapas y cartas marinas, por el Marqués de los Castillejos.

Se formó una importante colección numismática, por Lorenzo de Prestamero.

Se insertaron en la Gran Enciclopedia algunos notables artículos redactos por los eminentes vascos a quienes se llamó en un principo los Caballeritos de Azcoitia.

Estudiaron el célebre Fuero de Vizcaya de 1526 y las universales Ordenanzas de Bilbao adoptadas en el mundo.

En una palabra: los tomos de Extractos de Actas de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, impresos en Vitoria en número de 30 volúmenes y las listas de socios, dan idea del enorme avance que significa en Esaña el establecimiento de tal Sociedad y los provechos que se juzgaron de ella.

Bibliografía.-Un juicio sujeto a revisión.-Los Caballeritos de Azcoitia, por Julio de Urquijo.
Obras de Valentín Foronda.-Miscelánea 1801.-Cartas de Economía, 1787.
Extractos.-30 volúmenes 1767 a 1795. M. y Pelayo, Los Heterodoxos, tomo III.-Memorias de las Sociedades Económcias de Sevilla y Madrid.-Idem de Valladolid.

 

Capitulo IX
SIGLO XVIII-XIX
1738-1833
Los vascos en la fundación de los centros de
cultura de Madrid

Si la obcecación no llevase a la injusticia, jamás se hubiera negado en plenas Cortes a los vascos la capacidad cultural, muchas veces con caracteres propios.

El sentido fundacional de los vascos es tan preciso, que sin quitar a ninguna parte de España sus legítimas glorias, nos vemos obligados a difundir por Madrid y sus contornos los servicios realizados por los vascos en pro de la capital carpetana, elevándola a rango europeo mediante la fundación de los siguientes centros, aparte de otros que no es perentorio enumerar.

Año 1739.-Academia de la Historia.-Fundada por Agustín de Montiano y Luynado, de naturaleza vasca, véase su biografía por el Marqués de Luarencin. Directores de la citada academia; vascos hay varios, especialmente citamos a dos; Eugenio Llaguno y Amiroal, editor de las Crónicas de España de Ayala y autor de la obra Los Arquitectos en España, y Mariano Luis de Urquijo, cuyo sólo nombre llena toda una época, primer introductor de la vacuna y propugnador en primera línea de la liberación de la esclavitud.

Año 1744.-Academia de Bellas Artes de San Fernando.-Primer director y fundador, el vizcaíno don Sebastián de la Quadra, Marqués de Villarías. En ésta academia han abaundado los hombres de letras vascos.

Año 1775.-Sociedad Económica de Amigos del País, o Económica Matritense.-Primer director y fundador en unión de otros señores, el vizcaíno don Antonio de la Quadra. Hubo 15 directores vascos.

Año 1782.-Banco San Carlos.-La idea fué de Cabarrus, vasco-francés, y de otro vasco, Muzquiz que fué coofundador.

Año 1793.-La fábrica de cristales, fué fundada también por la familia Los Heros. Ya antes un navarro, ilustre Goyeneche, había propulsado en España la fabricación del vidrio, siendo uno de los personajes más notables por los resultados que alcanó su manufactuar de vidriería. Goyeneche fué notable economista.

Año 1797.-Los Cinco Gremios Mayores de Madrid-Fué su primer Presidente y uno de los activos fundadores, D. Francisco Antonio de Los Heros, del Consejo de Hacienda y distinguido economista, natural de Carranza, en Vizcaya.

Año 1798.-La Sociedad Fabril y Comercial de Gremios.-El mismo Los Heros, en unión de otros, fundó las fábricas de paños, sedas y telas de oro en Ezcaray y fomentó las decaídas de Talavera.

Año 1801.-Museo Mineralógico.-Fué uno de sus propulsores el mineralogista Ramón de la Quadra, que también introdujo y explicó el sistema de Werner según la obra titulada “Tablas comparativas de todas las substancias metálicas”.-Madrid-1803.

Año 1802.-Cátedra de Taquigrafía.-Siendo director de la Económica Matritense el vizcaíno de naturaleza Germano de Salcedo, Marqués de Fuertehijas, se acordó fundar esta cátedra. Ya lo podían haber consignado en la placa del edificio de la calle del Turco, hoy Marqués de Cubas, junto a la Academia de Jurisprudencia.

Año 1803. Museo de artillería.-Este Museo lo fundó el vizcaíno D. José de Urrutia, general retratado por Goya, como podéis verlo, ilustres madrileñose, en el Museo del Prado. Este general venció a los franceses en el Rosellón y educó una generación de prestigiosos militares.

1804.-Talleres de Imprenta y Librería. Fundación de la Económica, fundada a imitación de Vergara, y la Bascongada, por vascos y cuyo primer director fué vizcaíno.

1834.-Escuela Normal de Ciegos. Fundación de la misma Económica.

1839.-Escuela espcial de Paleografía y Diplomática. El mismo origen.

1844.-Cátedra de estadística.La misma Económica Matritense.

Finalmente, dice Pascual Madoz, que no será sospechoso, pues fué progresista de la primera etapa: “A la Sociedad Económica Matritense se debe el establecimiento del actual Ateneo de Madrid y de la Sociedad, para propagar y mejorar la educación del pueblo”. Dic. Gen. 1852.

 

Capítulo X
SIGLO XIX
Los vascos colonizan las naciones de América.-Con
tribuyen a su estabilización después de la Indepen-
dencia.-Forman el más florido conjunto de poliítico,
generales y sabios.-Les precede a todos en la mag-
na obra, el vasco Simón de Bolívar, el Libertador de
diez y nueve naciones de América

Son innumerables las obras que tratan este punto; baste saber que el primer Bolívar, llamado Simón de Bolívar el Viejo, que salió para América en el siglo XVI, era de Vizcaya, que su descendiente el Libertador, pertenecía a una familia que nunca abandonó las relaciones con el solar de origen, como lo prueban sus viajes a Bilbao y sus parentescos con familias vascongadas.

Así lo han entendido los historiadores y las naciones de América, que le han elevado estatuas dentro y fuera del solar vizcaíno; así lo entendió el mismo héroe que usó siempre las armas del solar de los Bolívar, que se hallan esculpidas en la tumba de su antecesor, el capitán Pedro de Bolivar, en la iglesia de San Lorenzo de Sodupe, concejo de Güeñes; así lo proclaman cuantos han estudiado su temperamento y sus discursos y admirado el genio de sus batallas y las disposiciones emanadas del gobernante.

Juan Bautista Albedi, el autor de las bases para la constitución de la República Argentina, es vasco.

He aquí los dos genios vascos, el uno de la espada y el otro de la pluma, que han hecho fuerte a las diez y nueve naciones de América.

Veamos rápidamente algo de los vascos en cada una de ellas.

La parte histórica queda tratada: vengamos a otros tiempos, a los de la Independencia.

Argentina.- Además de Alberdi; Lavalle, el gran general-presidente de la Argentina; el alcalde Lecica, los cabildantes Azuenaga y su amigo Juan Larrea, los Anchorena, los Gorriti, los Uriondo, los Uriarte, los Gurruchaga, los Irigoyen, los Uriburu, los Zavala, los Vizcarra, los Libarona, los Ibarra, los Echeverría, como el poeta autor de La Cautiva.

Uruguay.- Además de Zavala, fundador de Montevideo, Alzaivar, natural de Lemona, de quien ha escrito una biografía el erudito escritor Gil Azarola.

Han sido presidentes de Uruguay estos vascos: Anaya, Aguirre, Orive, Gomensoro, Chucarro, Ellauri, Berro, Borda, Idiarte y Campistegui.

Han brillado en otros aspectos, el naturalista Larañaga, el escritor y político Arrascaeta, el filósofo Ellauri y el estadista Aramburu.

En tiempo cercano, el naturalista Arechavaleta, el químico Carrera, el médico Ormaechea y otros muchos.

Chile.-Esta República es obra especiald el patriciado vasco. Azúa fundó en el siglo XVIII la Universidad de San Felipe (1746). Ercilla cantó a los araucanos en inmortales estrofas, que fueron elogiadas por Voltaire; Gamboa venció a Draque en sus costas; los gobernadores y capitanes generales de linajes vascos, se suceden sin cesar en Chile.

Esta influencia de raza, este hecho biológico, ha trascendido al pueblo y formado una sociedad llena de valor y de virtudes.

Acaba de fallecer el Arzobispo Errazuriz, antorcha de fe y gobernante eximio en medio de las alteraciones de la historia moderna.

¿Para qué continuar? Chile tiene un historiador inmenso en Toribio Medina, cuyas obras acreditan a quien las lea, de la importancia decisiva de los vascos en esta nación.

Paraguay.-Desde Salazar e Irala, fundadores de La Asunción, hasta el explorador de río, Picolmayo, Ibarreta, son muchos los nombres que recuerdan nuestras notas de vascos que han colonizado el Paraguay. Bastaría fijarnos en los misioneros vascos que formaron las reducciones de ello hablamos en otra parte.

Bolivia.-El mismo nombre es vasco y está tomado del vasco Simón de Bolívar, el Libertador. Los vascos fueron los primeros descubridores de las famosas minas y enre ellos se estableció la lucha de los Vicuñas, en Potosí y su cerro.

En el período de formación, los nombres de Olañeta, Belzu, Ballivian y Velasco, nos indican la presencia de los vascos, llevando a sus destinos la nación. También fué Presidente, en 1864, el vizcaíno Acha.

Perú.-¿Para qué vamos a hablar del Perú, si basta con ojear el Diccionario biográfico de Mendiburu para cercirorarse de que la sangre vasca fué útil en aquella nación?

Desde el Obispo Sebastián de Lartaun, hasta el fundador de la Universidad de Lima, Jáuregui, los apellidos vascos son legión. Recojamos dos nombres: el literato Unanue y el diplomático Goyeneche. Sus obras hablarán más alto que nuestras palabras.

Ecuador.-En esta República sueanan los nombres de Elizalde, Askabusi, Urbina y el Presidente Larrea y los colonizadores Echevarría.

Colombia.-Al llegar a esta República digamos lo que escribió el político José Joaquín de las Casas. “La nacionalidad colombiana lleva en sus venas mucho sudor y mucha sangre de Vasconia. Los ecos de nuestras montañas repiten muchos nombres familiares de las montañas vascas. Colombia es obra de los vascos.”

Venezuela.-Lope de Aguirre, la Compañía Guipuzcoana de Caracas, Bolívar, he aquí tres nombres que llenan la Historia de Venezuela, de esta pequeña Venecia, en donde asombró el tirano Aguirre, que él sólo, en la célebre carta, desafiaba al poder de Felipe II; en que la Compañía de los guipuzcoanos proporcionó riquezas y triunfos; en cuyo ámbito el genio de Bolívar alzó la espada de la guerra sobre el cetro de los reyes. Véase para más detalles las obras de Arístides Rojas “El elemento vasco en la civilización de Venezuela”.

México.-En un poema la acción de los vascos en México desde el amigo de Cortés, Francisco de Garay, padre de su prometida, hasta Carranza, el contemporáneo, cuántos nombres y cuántos sucesos.

Hay Arzobispos como Zumárraga; fundadores de diez ciudades como Francisco de Ybarra-de quien ha salido hace poco una tesis en la Universidad de Texas-, mineros como Oñate y Tolosa; Presidentes como Villela, poetisas como Juana de Asbaje (Sor Juana Inés de la Cruz), llamada la décima Musa mexicana, pintores como Baltasar de Echave; hacendados como Yermo, libertador de esclavos; generales como Arrillaga, Muzquiz, Zuluaga; emperadores como Iturbide, hijo de un pamplonés, y sabios como el Virrey Azanza, de la mejor sangre navarra.

Las obras de García Icazbalzeta pueden servir de guía en este asunto de México y los vascos. Véase también Alaman.

Panamá, San Salvador, Honduras, Managua, Cuba, Puerto Rrico, Santo Domingo, Haiti, Nicaragua:-Los nombres de Icaza, Zaldívar, Ezeta, Marroquín, Celaya, Zavala, Villaurrutia, Power, Cengotita, Bengoa, recuerdan los de otros tantos presidentes y hombres ilustres que llenan muchas páginas en cada una de las naciones en las que brillaron largas etapas.

 

Capítulo XI

Algunos inventos de los vascos. Enumeración

Flavio Goia aplicó la caja pentagonal o brújula a el agua imantada. Ozaeta en su “Cantabria Vindicada” dice que este marino Goia vasco y que la palabra brújula o boxola es voz vasca y que significa caja de cinco lados.

Pedro Navarro o el conde Pedro Cántabro aplicó por vez primera las minas de pólvora a la guerra y asalto de fortalezas en las guerras de Italia. Así lo afirma Paulo Jovio, “Elogio de Ilustres Varones”.

Diego de Alava, natural de Vitoria, autor del libro “El perfecto capitán” (1590), aplicó el primero, o de los primeros, las matemáticas a la artillería en casos aun no previstos en su tiempo.

Blasco de Garay, vizcaíno, inventó una caldera de agua hirviendo, que movía, por medio de un mecanismo, el buque al que se aplicó, haciéndose las pruebas en Barcelona y avanzando la nao de 200 toneladas tres millas por hora. (1543).

Véase Fernández Navarrete en su “Historia de los Descubrimientos”, que afirma esto como procedente de sus estudios en el archivo de Simancas.

Juan de Iciar fué maestro de Felipe II y el primero que sistematizó el arte de la caligrafía, inventando el sistema y alfabeto y letra de Iciar, universalmente conocida. Era de Durango. (1540).

Juan Huarte y Navarro, autor de “El examen de Ingenios para las ciencias”, es el precuros y sistematizador de la Frenología y Craneoscopia y aun de otros estudios hoy muy en boga. Fué de naturaleza vasca (1550).

Urdaneta el primer cosmógrafo que estudió las corrientes marinas del Golfo de México, los huracanes y otros fenómenos atmosféricos.

Juan de la Cosa, el Vizcaíno, formó el primer mapa de América, siendo el primer piloto de Colón. (1492).

Antonio Gaztañeza, Almirante, natural de Motrico, inventó y trazó las cartas esféricas en el año 1692, ocho años antes que el Doctor Edmundo Halley, inglés. La obra “Norte de la Navegación, hallado por el cuadrante de reduccón” publicada dicho año en Sevilla, dio origen al instrumento náutico que hoy se usa con necesaria utilidad, llamado “quacter reducciom”. Fué, además, Gaztañeza, un constructor naval de primera fuerza.

Félix de Samaniego (1780), es el primer fabulista español y jamás emulado por nadie, fuera de Iriarte, también de apellido vasco. Samaniego era de Alava.

Ramón de Munive, y Benitua, purificaron por primera vez en el mundo el platino, 1771, Vergara.

Eluyart (Fausto), vasco, profesor de Vergara, descubrió el wolfram de Vergara, y el lamado tuegteno, 1771.

Ramón de la Quadra enseño en España el sistema de Werner y publicó las primera Tablas comparativas de los metales, 1803.

Vicente Urrabieta, dibujante decorador y grabador, nació en Bilbao (1805-1879). Pertenecía a aquella escuela de dibujantes científicos, grabadores y pintores que en los estudios y laboratorios estudiaban las substancias metálicas y sus propiedades, los fenómenos del color y de la luz, y que, llamados por los escritores para estudiar la ilustración y decoración de sus obras, dieron lugar con su movimiento e inquietud a descubrir la fotografía como veremos enseguida.

Daniel Urrabieta Vierge (1851-1904). También insigne dibujante y grabador, como su padre. Ilustró eminentemente la Historia de Francia y de la Revolución, por Michelet; en Le Monde Illustre, las escenas de La Commune, en París 1870. El Gran Tacaño, de Quevedo, y el Quijote. Perdió una mano y con la izquierda volvió, en tres años, a dibujar. L e admiraron y protegieron Víctor Hugo y Goncourt. Era bilbaíno.

José Mazarredo, el Almirante retratado por Goya. Además de su personalidad naval, su hecho en la Ciencia, descubrió una ley nueva de mareas.

El doctor Letamendi. El catálogo de las obras de Letamendi, autor de la escuela letamendista, basta para acreditar a la raza vasca como genial; antes que nadie en España, analicó las teorías y observó los hechos que hoy preocupan a cerebros tan afirmados como el del doctor Marañón, cuyo apellido es asímismo de origen vasco y no de la época muy lejana la emigración de su solar vizcaíno.

No se nos hable de vascos de la izquierda o de la derecha, porque en la época contemporánea, si Unamuno era vasco, lo era también el inmenso Urraburu, y aun en los vascos de la izquierda habría que analizar, si allí, en el fondo, suscribirían en sentarse a la siniestra del Padre Eterno y no a la diestra, aun en el caso de qu eno tengan fe en la otra vida.

El Licenciado Poza. Formuló nuevas leyes sobre las mareas y la navegación. (Véase Odon de Buen).

Leonardo Torres Quevedo y Vildosola (1860). Aunque nacido en Santander, por su línea materna es vizcaíno y recibió sus primeros estudios en el Instituto Vizcaíno.

El catálogo de sus inventos es largo y está publicado. Su telequino y el puente ya instalado hace años sobre el Niágara, acreditan el genio inventor de los vasco-cántabros, como el señor Torres Quevedo. ¡Figura excepcional la del Edison español!

 

Capítulo XI
SIGLO XIX

Inventan los vascos la fotografía en 1833

Si el vasco ha dado al mundo en los primeros tiempos su genio en escultura y en otros monumentos que corresponden al pincel y al cincel, lo cual queda justificado con la enumeración de los marfiles de San Millán, siglo XI, y las obras de los Anchieta, Morlanes, Zurbarán y Goya Lucientes y Aguiñaga, en épocas más próximas, en los albores de la vida moderna, el sentido analítico del vasco se aplica al laboratorio para penetrar de una manera definitiva en los secretos de las naturalezas de los cuerpos y de las plantas, de los astros y de las especies, de los metales y de la luz.

No en vano en el Laboratorio de Vergara trabajaron largas décadas los químicos y mineralogistas más renombados; no inútilmente se recogían los ejemplares más preciosos; no frívolamente se correspondieron con la Sociedad de Amigos del País los sabios del orbe.

Aquél espíritu transcendió a la raza de los vascos y la juventud sintió el aguijón inquieto de la Ciencia. De la mejor sangre vasca era el inventor del diorama (1823), que tanta sensación causó en el mundo.

Luis Jacobo Daguerre nació en las cercanías de Parí, pero por su apellido Aguire es netamente vasco, y lo es por su carácter y su obra, por su figura y por civilización y cultura.

Nació Daguerre en 1787 y murió en 1851. En 1822 da a conocer el diorama; en 1828 inventa su aparato fotográfico que apenas difiere de los hoy usados, en 1839; a 7 de Enero, publica Daguerre su procedimiento bajo el nombre vasco –cavernícola- de Daguerreotypo (1).

Para qué consignar más detalles de este maravilloso descubrimiento debido a un vasco y que llevaba en el actual invento del cinematógrafo. Un vasco inventa la fotografía que produce más tarde el cinema.

 

¿Y habrá quién no se descubra ante hechos tales? ¿Ante vascos de tal alcurnia espiritual?

La constancia que revela el descubrimiento de la fotografía por Daguerre, sólo es comparable a la que mostró otro vasco de primera categoría al fundar la Compañía de Jesús, milicia reglada de armas científicas, Iñigo de Loyola.

Hé aquí tres cavernícolas:

Luis Daguerre
Iñigo de Loyola
Sabino de Arana

 

Capítulo XII
SIGLO XIX
Los políticos vascos en el siglo XIX

Si no fueran notorios en los anales de la vida política española, no daría los nombres de los políticos vascos que os ayudaron, en su calidad de vascones cavernícolas, a redactar vuestros famosos códigos.

Decidme; ¿en qué lengua se traducen los apellidos de Salustiano Olozaga, el verdadero fundador del Ateneo de Madrid; de Claudio Antón de Luzuriaga, el inspirador de tantas leyes, desde Gracia y Justicia; de Aguirre Solarte; de Salaverría, que en tiemos de la República hizo cuanto pudo con el Ministro Ardanaz, bilbaíno e ingeniero, por sostener la Hacienda, de la cual fueron ambos diligentes Ministros?

A Salaverría se debe la creación del Banco Hipotecario que hoy perdura.

Y Martín de los Heros, Cantero, Mazarredo, el Intendente Calvo de Rozas, Gil de la Quadra, tan maltratado por Galdós y luego por Baroja, ¿no eran también de Vizcaya? Si conocéis algo de la Historia de España, rendidles el merecido tributo a estos cavernícolas de quienes recibimos tan altos ejemplos de ciencia y de moderación.

 

Capítulo XIII
SIGLO XIX
¿Fué vizcaíno el fundador de la Guardia Civil?
¿Influyó en su educación el espíritu y doctrina de
los generales vizcaínos?
1822 – 1844

He aquí dos preguntas que ha llegado el momento de hacerlas y de responder a ellas.

Don Pedro Girón y las Casas, duque de Ahumada, fué hijo de doña Isabel de las Casas y Aragorri y de don Jerónimo Girón, nació en San Sebastián.

Por la familia de Girón, era de una antigua y nobilísima casa de Castilla, pero por la rama materna resulta el fundador de la Guardia Civil de la más pura vizcaína, conforme a fuero.

Fué doña Isabel de las Casas, hija de don Manuel de las Casas y de doña María Aragorri. Don Manuel de las Casas era natural, lo mismo que su hija Isabel, de Sopuerta, en Vizcaya. Fué un militar distinguido. Tuvo además, los siguientes hijos militares: don Simón de las Casas, embajador de España en Venecia; don Luis de las Casas, gobernador y capitán general de la Habana, y otra hija, doña Rosa de las Casas, que casó con el famoso conde de O’Reylli, uno de los militares más ilustres de la guerra de la Independencia en España. Habiendo quedado viuda la mujer de don Manuel de las Casas, contrajo segundas nupcias con el coronel, también nacido en Vizcaya, Galdames, don Juan Felipe Castaños. Tuvieron como hijo al dique de Bailén, Francisco Xavier Castaños.

El fundador de la Guardia Civil es, por tanto, sobrino carnal del duque de Bailén y de otros ilustres militares de España, todos ellos vizcaínos. Era, además, Girón, sobrino del general don José de Urrutia y las Casas, como primo hermano de su madre doña Isabel. Estos detalles conviene fijar, porque de este ambiente familiar y guerrero salió el genial invento de la Guardia Civil, cristalización del sentido cívico español.

Tanto el duque de Bailén, Castaños, como Girón, fueron de la escuela técnica de los las Casas y del general Urrutia. (Véase el Diccionario de los Hijos Ilustres de Madrid cuando habla del general Castaños, que fué bautizado en Madrid estando su madre, mujer del gobernador Castaños, de paso en ruta de destino entre los Gobiernos de la Coruña y Barcelona).

Don Luis de las Casas, hermano mayor por parte de la Aragorri, educó a Castaños en sus principios éticos y militares, que eran los mismos del general inmortalizado por el pincel de Goya y por la campaña del Rosellón.

Así como el general Urrutia creó los cuerpos especiales de Fusileros de Montaña y reorganizó el cuerpo de Miqueletes, de antigua procedencia, utilizándolos en los Pirineos orientales y luego trayéndolos a su Patria Vizcaya, (Zalla), y así como el celebérrimo Castaños supo hacer temible en las guerras contra ingleses y franceses su batallón de Granaderos, comunicándoles su serenidad, arrojo y disciplina a un tiempo; así el general Girón Las Casas fué capaz de organizar y extraer de sus estudios y siguiendo los ejemplos familiares el Cuerpo de la Guardia Civil o cuerpo especial, que tenía precedentes en la organización militar española, y sobre todo, en la peculiar de las provincias vascas y Vizcaya con los cuerpos de Miñones, Miqueletes y partidas volantes, cuyo fin era la persecución de malhechores y ayuda de las Justicias y poder constituído y público.

Justicia contra malhechores”, decía y dice el lema del escudo de Alava, y éste precisamente es el compedio de la misión de la Guardia Civil.

La idea de cuerpos especiales surgió en las provincias del Norte, con motivo de los sucesos que eran conocidos con el nombre de machinadas o revueltas de machinos, es decir, obreros, que hicieron pensar en una especial policía. Se ensayaron muchos Cuerpos, siendo los antes aludidos y que todavía perduran en las provincias vascas los que obtuvieron resultado, sustituyendo a las organizaciones de “apellido” o somatén, cuyos alardes obligatorios indican el sentido militar de los vascos que debían salir a la voz de aitaren seme, de sus hogares, con el armamento de rigor, bajo severísimas multas.

Merced a esta organización militar que habrá que renovar si la patria corre peligro, la libramos de las huestes de la Convención en el año de 1795, conteniendo a los ejércitos franceses en la línea del Deva, durante todo el invierno, y realizando un capitulado como resultante en la paz de Basilea.

Bibliografía.-“La separación de Guipúzcoa y la paz de Basilea”, por el duque de Mandas. “Diccionario de hombres Ilustres de Madrid”. “Historia de la Guardia Civil”. “La guerra de Cataluña y el pensamiento político catalán”, por A. Ossorio y Gallardo. “Archivos de Vizcaya”, etc.

 

Capítulo XIV
SIGLO XIX
Los vascos continúan en el siglo XIX las exploracio-
nes y descubrimientos
1850-1900

A nosotros, cavernícolas vascos, nos debéis en el transcurso del siglo XIX la realización de tres empresas útiles y llenas de mérito.

Me refiero al vitoriano IRADIER, el explorador del Muni, el colonizador de Fernando Poo y de la Costa de Oro que sería de gran provecho conocer a muchos españoles. La obra de Iradier, amigo y admirado por Livistogne ha quedado consignada en su “Africa Ecuatoriala”. A este temperamento se debe el que hoy aquellos territorios pertenezcan a España, pues los aseguró mediante tratados suscritos por los reyezuelos indígenas.

Iradier, este cavernícola es, también, inventor de una caja tipográfica, que para su propagación y desarrollo instaló en Vitoria, allá por el año 1895, una fundición tipográfica donde elaboraba el tipo y cajas especiales de su invención.

Sus muchas ocupaciones y las competencias a que fué objeto, hizo ceder su invento a una fundición española.

Estas cajas se hallan aún en uso en la imprenta de la Diputación de Alava.

El otro cavernícola es el famoso moro vizcaíno don Jose María Murga que adoptó, para viajar por Marruecos, el nombre de Mahomed Hach  el Badaji, y escribió la obra “Recuerdos marroquíes del moro vizcaíno”.

Murga no era un aventurero, sino un científico. Después de haber estado en el sitio de Sebastopol y en la guerra de Crimea, como comandante del ejército, pues fué un militar de historia interesante por este episodio y por el de San Carlos de la Rapita, en el que asímismo intervino, estudió la suficiente medicina para introducirse en su disfraz de moro notable entre los indígenas marroquíes, escribiendo luego el citado libro que ha sido el vade mecum de muchos españoles por dicha parte de nuestra zona de influencia o protectorado.

Fernández Duro escribió su biografía, y la Ciencia geográfica le reconoce un mérito indiscutible.

El tercer cavernícola, de naturaleza vizcaína, pues era de Portugalete, fué el exploraro Ibarreta, hermano de la reciente fallecida duquesa de Valdeterrazo, o sea Belina Ibarreta, madre de los actuales duques de Montpensier.

Ibarreta exploró el río Pilcomayo en medio de fatigas y riesgos inauditos y ensanchó la geografía, llegando a grados que nadie había verificado y que eran necesarios para determinar los límites bolivianos.

El gran Mitre, pariente de Ibarreta, le protegió en su empresa, que se realizó a fines del siglo XIX. Fué muerto por los indios y se escribió la narración de su empresa, que ha quedado en el diario de uno de sus acompañantes.

 

Capítulo XV
El vasco es apto para la guerra y de los soldados
más temibles del mundo

Si no bastase el recuerdo de las viejas crónicas y de las guerras contra los romanos, tan extensamente comentadas por los historiadores, bastaría tener en la memoria las últimas guerras llamadas civiles, para convencerse de que estos mismos vascos de hoy son los cántabros de antaño.

Cantaber in bello dicitur esse leo.-El cántabro, en la guerra, es como un león – dijo el poeta latino; y Cantaber indoctus yuga ferre nostra-, escribió adulando al César, y así, las citas son múltiples. Acompañaron a Agricola en la conquista de Inglaterra, llevando la cruz suástica o enseña apelllidada cántabra; fueron con Anibal a Italia, y por fin, viendo a lso romanos insistir en tomar el litoral vasco, se entregaron a la muerte entre las llamas, las armas y la bebida del tejo, en cuyo árbol morían entonando canciones. Sepactó con ellos y se abrió el templo de Jano, cerrado de tiempo inmemorial.

Contra los godos se alzaron luego, recuérdese, aquello que se lee continuamente durante los siglos ataúlficos, Vasconia revelatrix.

¿Para qué seguir su historia militar, su participación en la epopeya contra los moros, en la conquista de América, en la guerra de la Independencia, venciendo en Bailén con el general vizcaíno Castaños, y Aragorri, que libró del luto y llanto las casas de los españoles? No.

Ahí están todavía palpitantes las dos guerras civiles. Esa es la figura de Zumalacárregui, más temible por su anteojo que por su espada, con ser ésta la mejor de su tiempo; ese de la boina ancha es Andéchaga, herdio a traición en Somorrostro; ese otro, Vadespina, terror de los liberales y cristinos, aquellos, Ollo y Radica, rayos de la guerra, y, por el otro lado, Bruno Villarreal, vizcaíno, y su amigo Simón de la Torre, los viejos guardias del Rey, y Dorregaray y Bérriz y el Cura Santa Cruz, con sus banderas negras y su milicia de la muerte.

 

Capítulo XVI
El vizcaíno Arana y Goiri, vidente de la situación
actual

Previó el vizcaíno Sabino de Arana y Goiri la situación a que había de llegar España en el siglo XX. Definió claramente el acabamiento del Imperio español, al romperse las unidades de religión, monarquía y colonias, y quiso, mediante sus enseñanzas y doctrina oponer un dique a tales perturbaciones.

Estudió el liberalismo como tesis política y como heterodoxia, con referencia al catolicismo romano. Investigó las causas de los hechos biológicos y filológicos, raza y lengua vascas; dio las fórmulas para modelar una sociedad que, sin repeler los avances de la Ciencia, se mantuviera en la fe tradicional y en las costumbres adecuadas al temperamento de la raza.

Los vascos habían cooperado a la formación del Imperio en dos momentos solemnes en las luchas con los invasores árabes y en el descubrimiento y colonización de América. Los vascos habían contribuído de modo especial a la unidad religiosa, por medio de sus héroes y santos, como San Ignacio de Loyola y San Francisco Xavier. Habían determinado la unidad política mediante pactos sagrados celosamente cumplidos; habían realizado una inmensa labor de coloniaje, fundando en las indias ciudades y llevando por todas partes el nombre de Castilla. Eran los vascos el orgullo de aquellas empresas y de las gloriosas décadas cesaristas.

A punto de fenecer todo aquel inmenso poder, barrenada la nave del Estado por el liberalismo, para quien el concepto de Patria había de postergarse al masonismo e internacionalismo revolucionario, es lógico que se pensara dentro del País vasco dar nuevas direcciones a nuestro pensamiento.

Habían sostenido los vascos dos guerras en defensa del sentido absolutista, que era el robustecimiento del Estado, con admiración de Europa; en ellas se contuvo a la revolución y nos debe España su prolongación estatal hasta la presente situación republicana.

Sabino de Arana formuló el principio de la concentración al decir que “los vascos eran para Euskadi”. Esta fórmula quiere decir. Basta de rebasión, basta de emigración, basta de servicios a organizaciones, que van minando, poco a poco, nuestro organismo y desnutriendo la raza y su espíritu con doctrinas erróneas. Hasta ahora, en la marcha del mundo, fué nuestra misión civilizar a los extranjeros, dada la enorme vitalidad y sentido espiritual y cristiano de nuestra colectividad; en adelante, atacados en nuestra propia vivienda, acorralados en nuestro solar, conculcadas nuestras Leyes y nuestros Fueros, hollados nuestros derechos, se precisa y es urgente la concentración de todas nuestras fuerzas.

Y una vez concentradas, la oposición tenaz a toda invasión individual (maqueto) estatal (España) que ha demostrado tal falta de agradecimiento y respeto por nuestra obra inmensa, que ha hecho que se rompa la cordialidad, la carta sagrada, el pacto secular.

“¡Vascos! Alcemos una muralla, a manera de la gran muralla china, par aimpedir que en nuestro suelo penetre, o el caballo de Atila, que seca donde pisa, o el racionalista, que deja yermo el espíritu de fe”.

A esto le respondían sus amigos y condiscípulos en Barcelona. Pero entonces el comercio se quebrantará y quedaremos convertidos en una especie de Esparta. – Cierto, pero sería peor que la fiebre del oro nos labrase cárcel de hierro al ser absorbida nuestra raza y nuestra colectividad por emigraciones de allende el Ebro.

Esto decía Sabino de Arana y Goiri, porque en aquellos momentos (1880-1900) la intensidad de las explotaciones mineras e industriales había atraído a Bilbao y Vizcaya más de 100.000 habitantes extraños, que por vez primera esta tierra, sin sujetarse a las formalidades del Fuero mediante la obtención de la carta de limpieza de sangre (falta de antecedentes penales) o de hidalguía (desempeño de cargos de concejales en las poblaciones de origen).

Después de estas fórmulas prohibitivas, dio Arana-Goiri consistencia a su doctrina, publicando las obras de sus estudios prolongados.

Hizo un análisis de la raza y la lengua vasca en sus obras Gramática, Ortografía, Pliegos Euzkarófilos, Tratado de los Apellidos. Consumó un curso histórico en sus volúmenes: Bizkaya por su Independencia, El Partido Carlista y los Fueros Vasco Navarros, Revista Euzkadi. Realizó intensa propaganda periodística en su “Bizkaitarra”, “Correo Vasco”, etc.

Ciñó corona de mártir siendo encarcelado y perseguido por sustentar sus Ideales, en los que gastó su hacienda, que era cuantiosa, y su salud, no llegando a los cincuenta años.

Solía repetir Sabino de Arana con frecuencia, y lo consignó en “Bizkaya por su Independencia”, aquella estrofa de Arrieta-Mascárua en su Oda al Arbol de Guernica:

“Por salvar la augusta herencia
de unos padres sin mancilla
a quienes miró Castilla
ser libres, cuando, ella no!”

Si algún día vuelve Castilla a ser víctima de la tiranía, de la revolukción; si en ella se pierde la fe tradicional; si el individualismo se extingue convertidos en raza de ilotas los hijos del Cid, entonces, en este momento, nosotros, los vascos, debemos de salvar y salvaremos la herencia augusta y sin mancilla, y cuando Castilla sea esclava de sus insanias, nosotros seremos libres o habremos muerto como los numantinos.

¡Loor y gloria a Sabino Arana, el vidente!

 

Capítulo XVII

El progreso actual del País Vasco

Todavía, después de haber oído los improperios de los reunidos en Madrid, les podemos invitar, llevados de nuestra proverbial hidalguía, a visitar el País Vasco, para que se formen idea exacta de su actual y creciente prosperidad.

Porque podía muy bien haber sucedido que aquí hubiese resplandecido una cultura más personal y alta que la helénica o la romana, y que hoy la ruina enseñoreada de nuestro solar dijera al viajero que aquí fué Itálica. Pero no; aquellos cimientos han servido para que en medio de los continuos ataques de seudocivilizadores hayamos levantado sobre los mismos, todo un edificio institucional, capaz de resistir las convulsiones de los pueblos derrotistas o aventureros.

Ni participamos de las teorías del optimismo, ni de las del progreso indefinido, ni el fatalismo ciñe nuestras frentes. En el trabajo intelectual y en el manual estriba la riqueza inagotable del vasco. Si se dijo por Tirso de Molina que España gozaba su oro por nuestro hierro, hoy podemos decir que España encontrará en estas montañas una reserva de virtudes religiosas y ciudadanas, lo suficientes para volver a difundirse por el ámbito peninsular.

Hemos creado con el favor de nuestras instituciones civiles, religiosas, económicas y sociales, unas democracias nutridas y ascendentes, enraizadas en la tierra, las cuales proyectan su bienestar sobre zonas obreristas, que aspiran a ingresar en estos sectores de porvenir risueño e inmediato. El socialismo en el País Vasco, pugna por desasirse de las organizaciones partidistas, a las que está de mal grado y caciquilmente sometido, para echarse en los brazos abiertos de la sociedad vascongada a la que admira y quiere porque hay para ello una razón más fuerte y más humana que las doctrinas falaces de sus corifeos: la fe castiza e integral de las madres de familia, que un día se enlazaron matrimonialmente con el obrero advenedizo, comunicándole las virtudes de la tierra propia y creándole unos hijos para quienes el País Vasco y sus tradiciones son el fin, y el malestar es la cuota de enganche y la obligación de participar en huelgas, promovidas por los comitres volantes y autoritarios a quienes odian.

El espíritu de las democracias vascas ha creado una serie de instituciones a cuyo frente figuran Juntas de personas adecuadas, cuya preocupación constante, hace muchos años, ha sido remediar la vida de los menos favorecidos y aliviar con sentido de justicia en primer término, y de caridad, en segundo, los males de los necesitados.

Como residuo del régimen foral privativo que un día se nos arrebató vilmente, quedan en pié los Conciertos Económicos, mediante los cuales gran parte de las rentas que produce el País Vasco son administradas por los mismos vascongados. Pues bien, la aplicación de esta manera especial de regirse en materia económico administrativa, ha dado por resultado el que lo mismo las corporaciones provinciales que las municipales de las grandes urbes, tengan sus haciendas saneadas y gocen de un crédito, insospechado en la mayor parte de las provincias de España, que, a merced de un Estado centralista, viven en la más espantosa de las ruinas y en el abandono desolador ancestral.

Reseñar solamente las instituciones que sostienen, aparte de las necesarias, en toda la región las Cajas y Bancos de la Diputación de Vizcaya y del Ayuntamiento de Bilbao, sería cosa de un libro voluminoso.

Es clásico en el resto de la península enrolarse para venir a Bilbao o a San Sebastián con dos años de antelación con el find e poder ingresar en alguno de estos establecimientos de enseñanza o beneficencia o simplemente de participar de sus grandes ventajas.

La Memoria de la Caja Municipal numera y menciona el estado floreciente de estas instituciones, como son el Ahorro Escolar; la Beneficiencia Domiciliaria y Gota de Leche; El Montepío de la Mujer que Trabaja, El Montepío de Bomberos; La Lactancia Materna; Montepío de Empleados; Bibliotecas circulantes; Becas de Estudio; Enseñanza por el Cinematógrafo; Certámenes del Traajo; Colonia Escolar Permanente; Casas Baratas; Casas de Familia y Casa del Niño; Sala Cuna de San Antonio; y otras varias, en las cuales invierte sumas crecidísimas de las que participan en formas justas y modernas los obreros, sus familias y cuantos acudan a beneficiarse de estas creaciones envidibales.

Si el recinto de Bilbao y contornos está debidamente atentido por estas instituciones, el resto de la provincia de Vizcaya es favorecido por el organismo que, vinculado a la Diputación de Vizcaya, funciona con el nombre de Caja de Ahorros Vizcaína. La previsión da lugar a mutualidades escolares; Seguros obreros; Retiros para la vejez, supervivencia, viudedad y hermandad, y a toda clase de seguros sociales. El seguro obrero obligatorio, perfectamente organizado, ridne frutos no conseguidos por ninguna organización sindical. El retiro obrero, he aquí otro de los capítulos en vigencia. Otros aspectos que ocupan a la Caja Provincial son: el Subsidio a la maternidad; Pensiones vitalicias a la vejez, y mutualismo infantil para dotes, becas, enfermedades y fallecimientos: Los cotos agrícolas forestales y escolares, el homenaje a la vejez; el homenaje al marino; el seguro de clínica y consultorio, etc. La acción cooperativista se expone en la obra de las numerosas y bien acondicionadas casas baratas (más de 40 sociedades constructoras actúan en Vizcaya), unas de obreros fabriles, otras de empleados mercantiles, todas propulsoras de nuestras clases medias y obreras.

No hay analfabetismo, mediante las 125 escuelas de barriada de la Diputación.

Las viviendas colectivas y la obra del caserío vasco, he aquí dos instituciones que avanzan por delante de toda previsión de política socialista. En las viviendas colectivas que sostiene la Diputación de Vizcaya se albergan cómodamente los obreros metalúrgicos antes hacinados, por culpa, no de los vizcaínos acomodados, sino de los emigrantes exóticos, sin entrañas, enganchadores de obreros derrotados en Castilla.

Más de 2.000 viviendas se deben a este esfuerzo de la economía vizcaína.

El caserío vasco ha sido otra de las preocupaciones de nuestras autoridades vizcaínas. Se han construído caseríos modelos, se han higienizado otros, se ha ayudado a los arrendataraios para su adquisición, se ha protegido la agricultura creándose granjas y enseñanzas ambulantes como la cátedra de este nombre. También se ha creado la Caja de Reaseguros para el ganado, mejorando la obra de las Hermandades ganaderas. Los Sindicatos Agrícolas han merecido la atención de la Diputación. Los pescadores y sus cofradías han sido objeto de atenciones importantes. Para contemplar este cuadro se ha creado una oficina de información municipal, encargada de las gestiones de los municipios de Vizcaya. Es imposible detallar ni siquiera enumerar cuanto se hace a diario por nuestro régimen privativo, pero citaremos, sin embargo, los importantes servicios de Caminos, Obras públicas; agrícola y forestal, Miñones de Vizcaya, Manicomio de Zaldívar, Sanatorio Helioterápico de Górliz, Escuela de Ingenieros industrailes, Expósitos y Maternidad, Protección al emigrante, Subsidio a familias numerosas; Oficina laboratorio de orientación profesional; Instituto de rehabilitación de inválidos del trabajo y de educación; Revistas como “Vizcaya social”. Intervención en Congresos y Exposiciones, Junta de Cultura con sus conferencias y libros que imprime periódicamente.

Si no bastasen estas obras e instituciones para acreditar cuanto hace el País Vasco para resolver, no con discursos, sino con obras sus problemas, visiten quienes deseen saber la verdad de las organizaciones bilbaínas Santo Hospital Civil; Santa Casa de Misericordia, fundada en 1862; Colegio de Sordomudos y Ciegos; Casa Reformatorio del Salvador, de Amurrio; Asociación Vizcaína de Caridad; Museo social de Estudios Mercantiles; Bibliotecas Municipales populares; Academia de Lengua Vasca; Ateneo de Bilbao, Sociedad de Estudios Vascos; Escuela de Artes y Oficios; Club Deportivo, modelo en su género, con amplia piscina natatoria, etc.; Federación Vasco Navarra de Alpinismo, con revista propia: “Pyrenaica”, Sanatorio Antituberculoso Briñas; Instituto Vizcaíno; Peña Motorista; Colonia escolar de Pedernales; las Universidades de Deusto; la de Derecho y la Comercial; los Museos de Pintura y Etnográfico y Arqueológico de Bilbao y San Sebastián; el Museo de Arte Moderno; la Sociedad Filarmónica; la Asociación de Artistas Vascos; la Sociedad Coral; los campos de foot-ball, tennis, polo, golf y de Ibaiondo, y quedará convencido de que todo eso de que la cultura está en pugna con la religión, etc., etc., es una camama en la que no creen ni los que lo afirman.

Si de Bilbao salí sal resto de Vizcaya, podréis ver las factorías siderúrgicas, navales e industriales de todo género, que hacen de este país, así como de Guipúzcoa y Alava, lo mismo que de Navarra, el exponente más decisivo de que aquí nuestro sistema político-religioso ha sido de resultados sorprendentes, haciendo que avanzáramos mientras los habitantes de otras regiones, a merced de una demagogia disfrazada según las circunstancias, ha dado al traste con la gran nación española.

Lo que hemos dicho de Vizcaya puede enumerarse de Guipúzcoa, en donde las industrias locales en cada pueblo son diversas y florecientes; Alava posee su riqueza propia y característica y también se desenvuelve al amparo de su régimen de conciertos y de su administración modelo, y en Navarra la prosperidad es de tal índole que será difícil de socavar, aun por la violencia, una organización basada en el talento, en el tesón, en la democracia, en la historia y en la idionsincrasia del viejo y formidable reino que dio pauta: primero, al reino de Aragón, y después, al reino de Inglatera, que imitó sus instituciones legislativas.

Porque el País Vasco es así, hay un superávit de raza que emigra periódicamente, pero no por pura necesidad, sino por deseo de aventuras y siguiendo el gesto histórico de los Elcano, Legazpi, Urdaneta, Xavier. Emigra a América en cuya conquista y colonización tanta parte nos toca, emigra al Asia (Australia y Filipinas), emigra al Africa y sigue colonizando, y especialmente, lleva al resto de la península la luz de su cultura práctica y la doctrina de sus artistas y sus sabios.

Las empresas de los vascos en las provincias españolas han redimido de la barbarie a muchas localidades en donde imperaba, o el bandolerismo descripto por el célebre Zugasti o la miseria. Líneas de ferrocarril, cotos mineros, centrales eléctricas, granjas agrícolas, industrias diversas de capitales bilbaínos o simplemente vascos, han abierto a los goces sensatos de la vida a muchas familias e individuos abandonados largas etapas al nomadismo aborigen o a la depauperación desgarradora.

¿Qué decir de la España que vive de nuestras flotas mercantes, de esa matrícula de Bilbao, la mayor de España, desde la Vasco Andaluza hasta las demás navieras vascas incluso de la Sota, sino que merced a esta actividad de los vascos se come caliente en muchos hogares, se educan muchas familias y se prospera en muchos extremos de la península?

¡Ah!, si hablasen cuántos de los que han llegado a sentarse en las Cortes de las ventajas que en sus vidas comerciales o en las de sus amigos les han proporcionado los vascos de empresa de todo orden, es posible que entonces la reflexión hubiera puesto candado a sus labios, más ligeros que su pensamiento, y los insultos a una minoría que representaba a la casi totalidad de las gentes vascas se hubieran trocado o en silencio íntimo y acusador o en palbras de benevolencia o de correcta disculpa. Pero les oía una galería de foragidos, una pandilla famélica, un potrero sin fusta y lazo y maldecían temblando.

Os hemos enseñado el impresionismo en la pintura de paisaje, por medio del emocional Darío de Regoyos; ofrecido una capacidad de pintura hondaente literaria, por el pincel de Zuloaga; instruído en la cerámica por la industria delicada de Daniel, su tío; Zaragüeta y Zubiri, os han aleccionado en la filosofía; Olaraiga, en la Economía y Hacienda; Tomás Elorrieta, la cabeza más fina entre los jóvenes políticos del país, en la política; Aranzadi, en la antropología; Cejador, en literatura y filología; Allendesalazar, en iconografía; Uriarte, en bibliografía; Usandizaga y Guridi, en música regional; Francisco Zabálburu y Enrique Bedia, en archivología y erudición literaria; Torres Quevedo y Vildósola, en mecánica e inventos; Don Enrique Areilza, en medicina y cirugía, y, finalmente, mientras Urgoiti nutría, biológicamente hablando, desde las empresas periodísticas y editoriales, enlas que el capital era vasco, a los que con su verbo, más retórico que honrado, derribaban lo existente; Unamuno, Maeztu y Baroja, os arrojaban ideas como en aquel texto bíblico se arrojan las margaritas..... Y por tener de todo, neustro es también Mourlane Michelena, Faraón del camelo literario.

¡Sois cavernícolas, pero podéis aún redimiros; que el anillo se traslade de la ternilla al meñique os desea

Xavier de Azcoitia.

Bilbao, Noviembre 1931.

 

1931
Imp. Mayli
Bilbao

 

 

 

 

 

(*) Un vasco, Eguren, fué el primero que estudió seriamente los códices de España.
(1) El país vasco ya había dado en 1730 otro Daguerre ilustre, nacido en Larresore, el místico Daguerre autor del “Libro de meditaciones” y fundador de un Seminari de quien Irigoyen de Ezpeleta escribió en verso vasco un Elogio del libro de Daguerre.

 

 



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