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Atzo Atzokoa

Autores:   Jemein Lanbarri, Ceferino de
 Titulos:   Sólo JEL basta : folleto de divulgación nacionalista
 Materias:  Nacionalismo - Euskadi
 Editores:  E. Verdes Achirica, Bilbao, 19--?
 
 Localizacion              Sign.Topografica         Situacion        Devolucion
 FONDO DE RESERVA          C-435 F-98               No prestable

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SOLO JEL BASTA

Por AMANDARO
 
 

SOLO JEL BASTA FOLLETO DE DIVULGACIÓN NACIONALISTA POR AMANDARO
 
 

ZABALDU NAGIXU

REPANDEZ-MOI

DIFUNDIDME
 
 
 
 

MENDIGOXALE:

A ti, especialmente, va dirigido este folleto de divulgación nacionalista sabiniana.

Un viejo mendigoxale –enamorado de las enseñanzas del Maestro- te lo dedica.

Lee, mi compatriota, como se deben leer –con profunda atención- las palabras fervorosas de Sabin. Medítalas serenamente, con juicio propio. Así sentirás su limpia emoción y captarás su luminosa enseñanza, que es de valor insuperable de sentido eterno.

Y entonces, por nada ni por nadie te apartes de ellas.

MENDIGOXALE:

Siempre fiel al Maestro, ¡por Jaun-Goikua eta Lagi-Zara!

EL AUTOR
 
 
 
 

Nacionalismo integral

Siete larguísimos años de dictadura habían deformado enormemente la educación patriótica de nuestros jóvenes. Las juventudes vascas han venido al Nacionalismo pletóricas de entusiasmo, pero escasas de doctrina. Y es preciso que penetremos en las inteligencias de esos jóvenes y las empapemos de las puras esencias del ideal sabiniano, único capaz de salvar a nuestra Patria esclavizada. Es necesario que los apartemos de las modernas teorías, que los van envolviendo insensiblemente: del españolismo, que se les ha infiltrado hasta el tuétano; de las costumbres exóticas, que degeneran y corrompen la Raza; del baile agarrado, de las corridas de toros, del alcohol y demás vicios que enferman el cuerpo y matan el alma.

Hay que enseñarles, por el contrario, nuestros cantos y nuestros bailes, nuestras costumbres, puras y sanas, que dieron vigor a la Raza. Hay que propagar nuestra lengua, el Euzkera misterioso, de origen desconocido. Hay que desterrar el gamberrismo, más propio de las razas latinas que de la vasca. El nacionalista vasco tiene que ser, en fin, entre todos, el mejor. Para poder enseñar con el ejemplo, que es la mejor manera de enseñar.

Hoy son pocos los jóvenes que saben los fundamentos de las doctrinas sabinianas, de las enseñanzas condensadas en el lema JEL. Porque ha sido aún poco el tiempo posterior a la Dictadura para educar a esas juventudes en los más sanos principios jelistas y bastante hemos tenido que hacer con atraerlas a nuestras filas.

Pero ha llegado la hora de la propaganda sabiniana, del NACIONALISMO INTEGRAL, que no es, como algunos creen, solamente INDEPENDENCIA VASCA, para que luego haga el pueblo lo que quiera con esa independencia: que no es unicamente conseguir la libertad de la Patria todos unidos para luego abrazarnos... o pegarnos; para que el que quiera vaya arrastrando el rosario por las calles y el que lo desee adore al zancarrón de Mahoma. Eso no es doctrina sabiniana, pero ni siquiera nacionalista.

Hay que destruir esas modernas teorías pseudo-nacionalistas que afirman qe el eje central de las enseñanzas de Arana-Goiri estriba en esta afirmación: EUZKADI ES LA PATRIA DE LOS VASCOS.

Porque esto no es así. Porque el eje central, y la idea madre, y el programa íntegro, netamente nacionalista, vasco y además humano –ya que tanto se habla hoy de humanismo- es este ogro: JAUN-GOIKUKA ETA LAGI-ZARA.

Porque hay que ir contra esas corrientes modernas que nos dicen que para la salvación de la Patria basta su independencia y que para ello solamente hay que plantear un "problema nacional", prescindiendo de tiquismiquis de problemas religiosos y sociales. Que la independencia es lo primero, por encima de la acción católica y de la acción social.

Los que conocen medianamente el ideario de Sabin saben muy bien que eso no es ni puede ser así. Y para los jóvenes, que no conviene se extravien con esas teorías modernas, contrarias al primitivo nacionalismo, al nacionalismo verdadero, al nacionalismo integral que en Abando tuvo su cuna, es muy conveniente insistir sobre estas sabinianas enseñanzas.
 
 

¿De dónde ha salido eso?

Pregunto de dónde ha nacido eso de que "el pensamiento central de Arana-Goiri", "el eje de todo su nacionalismo" se condensa en "estas palabras suyas": EUZKADI ES LA PATRIA DE LOS VASCOS.

Y voy a dar la respuesta a mi pregunta. Clara y terminantemente: eso ha nacido de los que quieren buscar un lema nacionalista que no sea JAUN-GOIKUA ETA LAGI ZARA. Es decir, que los que se apartan de JEL –abierta o vergonzantemente- son los propagadores de ese supuesto lema sabiniano que nos quieren imponer en lugar del suyo verdadero JAUN-GOIKUA ETA LAGI ZARA.

Viejo es el intento, pero en todo momento fracasado. Porque el Partido Nacionalista Vasco ha mantenido siempre la integridad del lema sabiniano JAUN-GOIKUA ETA LAGI-ZARA contra todas las intentonas de nacionalismo izquierdista, de frente o encubiertas. (1)

Y lo ha ratificado en su última asamblea de Bergara, en cuya organización se establece:

"Artículo I. El Partido Nacionalista Vasco se reorganiza en régimen de confederación republicana, compuesta de regiones y Municipios soberanos unidos en pacto confederal. La soberanía y el poder están depositados en el pueblo. El pueblo vasco nacionalista otorga ese poder a sus representantes, siguiendo los postulados de la tradición democrática contenida en SU LEMA: JAUN-GOIKUA ETA LAGI-ZARA."

"Art. 3. Para pertenecer al P. N. V. se requiere: ---c)aceptar EL LEMA, acatar las orientaciones del Partido, respetar la disciplina de su Organización, guardar singularmente las disposiciones de su región respectiva y suscribir la hoja de afiliación.

¿Pero es ese EL LEMA SABINIANO? ¿Están en esas luminosas palabras contenidos todos los postulados del ideal euzkadiano? ¿Es ese el verdadero PENSAMIENTO CENTRAL, pleno de contenido sustancial el compendio doctrinal, inmejorable e insustituible de Arana Goiri’tar Sabin, el UNICO MAESTRO del Nacionalismo Vasco?

Indudablemente que sí. Porque él mismo nos lo dice en su inolvidable JURAMENTO DE LARAZABAL, mantenido con tesón inquebrantable en el transcurso de su vida entera. "Y el lema JAUN-GOIKUA ETA LAGI-ZARA se grabó en mi corazón para nunca más borrarse; y por guía de todos los actos de mi vida tracé un lema particular, cuyas iniciales van al final del opúsculo que conocéis y de todos mis escritos."

Sabido es que ese lema particular que Sabino se trazó "por guía" de todos los actos de su vida" es éste GU EUZKADI’RENTZAT ETA EUZKADI JAUN-GOIKUA’RENTZAT, o sea, traducido al español, NOSOTROS PARA EUZKADI Y EUZKADI PARA DIOS.

Esos son los lemas, únicos e invariables que Sabino nos dio a los nacionalistas vascos; oficial el primero, para toda la actuación del Partido, y particular el segundo, para la vida públcia y privada de todos y cada uno de los patriotas que quieran seguir sus enseñanzas.

Y esto no es susceptible de modificación.
 
 

El fin del nacionalismo

Yerran, pues, quienes pretenden que el fin del Nacionalismo Vasco es agrupar en su seno a todos aquellos que reconocan que EUZKADI ES LA PATRIA DE LOS VASCOS, sin preocupación ulterior alguna sobre la futura suerte de euzkadi en el ejercicio de su libertad. Porque esto no alcanza la categoría de un verdadero patriotismo, pues carece de desvelo ideal y de amor que anhela profundamente la felicidad de la Patria y que labra la ruta ideal, firme, recta y alta del porvenir de Euzkadi. Y porque no se concibe un partido patriota que no tenga consignados en su programa los medios que se propone para conseguir la felicidad de la Patria, que es el FIN DE TODO NACIONALISMO.

Por eso el fin del Partido Nacionalista Vasco es la independencia de la Patria BAJO EL IMPERIO DE JEL para liberarla y salvarla, libertando y salvando a sus hijos lo que no puede ser fuera de JAUN-GOIKUA.

No basta, pues, el reconocimiento frío y sereno –producto del raciocinio- de que Euzkadi es la patria de los vascos.

No basta tampoco ser separatista; no basta ser independentista. Hay que serlo; pero hay que saber qué se va a hacer con la independencia para enderezar la Patria a su felicidad.

Quien crea sinceramente –si hay quien le crea- que la felicidad de la Patria se consigue implantando en su ejercicio de independencia un régimen antivasco, anticristiano y ateo, podrá llamarse patriota, aunque para nosotros esté lamentablemente equivocado –aparte de que esto es una hipótesis increíble-, porque sólo en lo que es sentimiento y creencia propios, alma nacional vasca limpia y fuerte, JEL para la vida y para la libertad, encontramos la felicidad.

Pero quien no sepa qué hacer de la Patria el día de su independencia, ese no es un patriota que la ama con amor INTELIGENTE Y EFICAZ, sino un simple etnólogo, que reconoce en su examen científico, frío y sereno que EUZKADI ES LA PATRIA DE LOS VASCOS.

Pero ese no es el pensamiento central en las doctrinas de Arana-Goiri. Ese es, desde luego, un principio fundamental, origen de las doctrinas nacionalistas vascas, descubierto, cuando se hallaba olvidado, por el eximio patriota Luis de Arana-Goiri, quien se lo inculcó a su hermano Sabin. De ahí nació el programa nacionalista vasco, desarrollado después por el Maestro y concretado en un cuerpo de doctrinas enderezado a la salvación de la Patria Euzkadi.

Una vez reconocida la Patria Vasca, es preciso enderezarla a su felicidad. Y esa es la gran obra de Arana-Goiri. Toda la sustancia, todo el jugo, toda la verdad, toda la finalidad, toda la santidad, toda la esperanza del Nacionalismo de los hermanos Arana-Goiri se concreta en estas tres luminosas palabras, que constituyen el lema intangible que sostenemos y proclamamos los nacionalistas vascos: JAUN-GOIKUA ETA LAGI-ZARA.

Ese lema es la enseñanza y la promesa. EUZKADI ES LA PATRIA DE LOS VASCOS es una grande e indestructible verdad cuyo conocimiento previo fue necesario al desarrollo de la doctrina sabiniana. Es decir, que es un principio necesario, pero no suficiente. Es una de las formidables conclusiones sabianinas, como es una verdad indestructible, de orden científico o etnológico, la siguietne: EL EUZKERA ES EL IDIOMA NACIONAL DE LOS VASCOS. Pero la doctrina, toda la doctrina indundida por Sabin al Partido Nacionalista Vasco, es la que se condensa y sintetiza en el lema JAUN-GOIKUA ETA LAGI-ZARA.

No obstante, alguna vez he apreciado que se ha podido incurrir en el error de olvidar el lema sabiniano y que se ha pretendido dar categoría de tal a este otro infundadamente atribuido al Maesro: EUZKADI ES LA PATRIA DE LOS VASCOS.

Pero es hora ya de decir que ese no es el lema sabiniano, ni en ninguna parte lo dejó sentado como tal. Eso es, sencillamente como antes he dicho, una verdad que se desprende de todos sus escritos, un principio esencial de su Nacionalismo; pero no el eje alrededor del cual gira su Nacionalismo entero.

Porque el eje del Nacionalismo sabiniano está en estas palabras suyas: "Mi patriotismo no se funda en motivos humanos, ni se dirige a materiales fines: mi patriotismo se fundo y cada día se funda más en mi amor a Dios, y el fin que en él persigo es el de conducir a Dios a mis hermanos de raza: a mi gran familia el pueblo vasco".

Y aún más explícito es cuando dice: "Proclamo el catolicismo para mi Patria, porque su tradición, su carácter político y civil es esencialmente católico. Si no lo fuera, lo proclamaría también; pero si mi pueblo se resistiera, renegaría de mi raza: sin Dios no queremos nada".
 
 

El problema religioso

¿Qué nacionalismo es, pues, ese que dice que en el movimiento nacional euzkadiano no hay que plantear problemas religiosos? ¿Qué movimiento nacional es ese, dentro de Euzkadi, sin problema religioso?

El Nacionalismo Vasco proclama el derecho de Euzkadi a su innata independencia. ¿Y la independencia para qué? Para conseguir su felicidad en JEL. He ahí que es preciso educar a los patriotas para que el día de la libertad puedan cumplir su fin y no espear a lo que entonces salga.

Porque lo contrario sería tanto como el caso de aquel padre a quien Dios le diera unos hijos y solamente se preocupara y desvelara al objeto de que en el futuro vivieran por sí mismos, dueños absolutos de sus movimientos, en pleno ejercicio de su propia voluntad, sin que cuidara tal padre de atender con mayor solicitud a la formación de sus descendientes, para que, por su bien, hicieran el uso debido de su posición y de su libertad y rigieran dignamente, con inteligencia y moral, sus movimientos y su voluntad.

Pues así como el buen padre practica el deber de educar a los hijos en sanas doctrinas que le enseñen a vivir noblemente y le ayuden a cumplir su fin, que es la salvación de sus almas, el Partido Nacionalista Vasco, que aspira a la felicidad de la Patria Euzkadi en la felicidad de sus hijos, tiene que orientar a éstos en las doctrinas de Cristo, sin las cuales no hay salvación posible. No se puede, por tanto, prescindir del problema religioso en Euzkadi, ni aun a pretexto de conseguir la independencia nacional.

Bien claramente lo dice el Maestro: "Si, pues, el Nacionalismo trabaja por desarrollar nuestra lengua nacional y por difundir el conocimiento de nuestra historia patria, sólo por ese fin trabaja; y aun la misma independencia, con la realización del mismo lema JAUN-GOIKUA ETA LAGI-ZARA (que para Bizkaya proclama, pero que ha de ser en sustancia el de todos los Estados hermanos), no tiene más valor que el de simple medio, si bien ya último y necesario para el mismo fin".

Todos estos textos que vengo exhumando son entresacados al azar de los innumerables escritos de Sabin, que concretan el tema y lo aclaran hasta la saciedad. Y no vale decir que pudo haber cambiado en algún momento de opinión, porque ésta la mantuvo íntegra hasta los momentos últimos de su vida.

Estando el Maestro en prisión, tras las rejas de la cárcel de Larinaga, escribía el día de San Andrés del año 1895 una carta ejemplar a sus compatritoas y correligionarios reunidos en fraternal banquete para festejar el gran día de la Independencia Vasca. Esta carta fue leída por don Luis, encargado de ello por su hermano, que decía así: "Quien os la lee siente como yo, exactamente como yo; él es quien me inspiró las doctrinas nacionalistas, que hoy ya todos os aprestáis a defender; oidle, pues, como si fuese yo mismo, que leídas por él estas palabras que escribo, es como si yo mismo las pronunciara con mis labios".

Oigamos, pues, nosotros también a Sabin, por boca de su hermano Koldobika, algunos fragmentos de aquella famosa e inédita carta:

"Si la Patria ha de ser algún día restaurada y libre, preciso es que los bizkainos en Bizkaya, y los demás euzkadianos en sus respectivos Estados, nos unamos como un solo hombre, con una sola idea y una sola aspiración; que todos, en fin, los naturales de estas montañas seamos patriotas. Mas para ser patriota no basta profesar con la inteligencia las doctrinas patrias y reconocerlas como las únicas salvadoras, no; las ideas sólo, en cuanto tales, de nada sirven, para nada valen, ningún efecto producen, si no se reflejan en los movimientos del corazón, si no se traducen en actos exteriores. Al hombre, repito, se le conoce por sus obras."

"SED FIELES, PUES, EN TODOS VUESTROS ACTOS AL LEMA JAUN-GOIKUA ETA LAGI-ZARA Y ENTONCES PODREIS LLAMAROS PATRIOTAS."

"Mostrad vuestra acción a la medida de vuestras fuerzas y en todas las ocasiones, por el Partido que trabaja por libertad a Bizkaya y restablecela sobre aquel lema glorioso; conducidla, todos unidos, a aquel día feliz en que la Patria será restaurada con leyes y gobierno perfectamente acordes con los preceptos de la Religión y la Moral y absolutamente sumisos a las enseñanzas de la Iglesia de Roma; en que nuestra Nación se reconstituirá con la mayor pureza posible de raza; en que las leyes de Bizkaya serán dadas por bizkainos mismos, en conformidad con las leyes viejas o tradicionales de carácter esencial; en que las costumbres serán las de nuestros padres, y no las importadas por el extraño invasor; en que el Euzkera ha de ser nuestra lengua oficial, como hoy es la extranjera; y en que, en una palabra, Bizkaya, confederada con Araba, Gipuzkoa, Nabara, Zuberoa y Laburdi, sus Estados hermanos, será un pueblo libre y feliz, fiel a su Dios y a su Ley Vieja."

"No brindéis, pues, por la independencia patria, brindad más bien por que brote y se desarrolle con vigor el patriotismo en nuestra abatida raza."

"Vuestro para Jaun-Goikua eta Lagi-Zara. Arana eta Goiri’tar Sabin"

La carta es bastante más amplia y toda ella está pletórica de las mismas luminosas enseñanzas. Espero en breve poder publicarla íntegra y, mientras tanto, brindo a los patriotas todos un examen sereno de los párrafos transcritos.
 
 

Criterio antiunionista

¿Y respectgo de uniones con partidos izquierdistas o aconfesionales pseudo-patriotas?. Sabino las rechazó todas

Escuchemos sus enseñanzas

"Y entendedlo bien: si en las montañas de Euzkadi antes morada de la libertad, hoy despojo del extranjero, ha resonado, al fin, en estos tiempos de esclavitud el grito de ;ndose con gobierno, instituciones y leyes que al mismo fin tendieran, y basándose al efecto en lo fundamental de su tradición, la cual, como informada en los principios religiosos y morales de la Iglesia romana, es ya verdaderamente santa, y, además, por lo mismo que es tradición y producto del carácter de nuestra raza, la constitución que más entre todas se le acomoda. Y es oportuno prefijar, desde luego, cuáles son la Religión y la Moral, en cuyos preceptos hubiesen de informarse nuestras instituciones, porque si actualmente no hay más que un partido nacionalista, que es, por fortuna, íntegramente católico y EL UNICO QUE PUEDE DERIVARSE DE NUESTRA TRADICION POLITICA, no sería imposible, sino muy fácil, dado el actual relajamiento, que el día que la idea de la separación material de España se propagase en nuestro pueblo, surgiera, inspirado por las infames logias, algún partido que, con capa de patriotismo, PRETENDIESE LIBERALIZAR NUESTRA CONSTITUCION Y EL CARÁCTER SOCIAL DE NUESTRO PUEBLO, y fuese, por lo tanto, no ya NACIONALISTA, pues carecería de derecho su bandera, sino verdaderamente separatista y más enemigo de Euzkadi que la misma España."

He ahí porqué el Partido Nacionalista Vasco, fundado por Arana-Goiri’tar Sabin, se mantiene en aislamiento y rechaza toda colaboración que no lleve el sello de su catolicidad. El Partido Nacionalista Vasco no puede establecer uniones con esa clase de partidos aconfesionales, aunque se vistan "con capa de patriotismo".

Y este criterio es racional, porque, como también decía el Maestro –el único Maestro del nacionalismo vasco-: "Realizable y buena es la unión. SI EXISTE LA UNIDAD DE PENSAMIENTO; mas si ésta falta, la unión se destruye a sí misma, porque origina la lucha. Los elementos antipáticos podrán, separados, vivir en paz; si se unen, el rompimiento es inevitable."

Era tan terminante el criterio antiunionista de Sabin, tan partidario era del aislamiento, que siempre, durante su vida, lo mantuvo para su Partido hasta en las contiendas electorales.

En el Reglamento del Euzkeldun-Batzokija, primera entidad nacionalista euzkadiana, redactado de su puño y letra, decía así: "Art. 37. En las elecciones para cargos públicos la Sociedad no se coaligará jamás con partido DE CARÁCTER ANTICATOLICO, ESPAÑOLISTA O PERSONAL, es decir, que se halle comprendido en el paréntesis del párrafo primero del Art. 61; ni apoyará MOTU PROPIO a candidato de tal índole, y prohibe, bajo la pena de expulsión, el que ninguno de sus miembros trabaje por él, o simplemente le preste su valor."

Y en el número 81 de "La Patria", correspondiente al 10 de abril de 1903 –el mismo año de su muerte-, decía lo siguiente:

"No podemos, pues, pactar unión con ninguno de los partidos contra los cuales hemos combatido y combatimos, poruqe los juzgamos enemigos de nuestro INDIVISIBLE lema JAUN-GOIKUA ETA LAGI-ZARA. Nunca, entre ellos y nosotros, podemos consentir se realice el do ut des."

"ANTES ES ATENDER A ESA DOCTRINA QUE A LA MAYOR OPORTUNIDAD DEL TIEMPO."

Se ve, pues, el criterio del Maesro, terminantemente opuesto a toda unión, aun a la electoral, con ningún otro partido.

Y este criterio sabiniano ha sido tan tradicional en el Nacionalismo, que ha sido llevado al articulado de sus organizaciones.

Y el actual Bizkai-Buru-Batzar –nuestra legítima autoridad-, ratificando un decreto del anterior, dictó otro que causó la mejor impresión entre los patriotas en el que se mantenía la tradición del Partido, consecuente con el criterio de su fundador, Arana-Goiri’tar Sabin, de acudir solos a las luchas electorales, sin alianzas ni componendas con los demás partidos políticos, tanto de derecha, de centro, como de izquierda.

Si las normas sabinianas son, pues, tan claras, ¿cómo puede pretenderse que prescindamos del problema religioso en nuestro problema nacional? ¿Pero es que el problema religioso no es un problema nacional? ¿Es que puede haber problema nacional en Euzkadi sin problema religioso?

De ninguna manera; y en tal sentido el Nacionalismo Vasco, o sea el Partido Nacionalista Vasco, "que –dice el Maestro- es, por fortuna, íntegramente católico y el único que puede derivarse de nuestra tradición, no puede pactar uniones con los que niegan a JAUN-GOIKUA, rechazándolo de su programa político, de su programa nacional.
 
 

La oportunidad

Este criterio antiunionista ¿significa, acaso, que el P. N. V. rechaza el apoyo que pueda recibir de otros partidos que lealmente quieran prestárselo con cualquier motivo?

¿Rechaza el P. N. V. cualquier oportunidad que se le pueda presentar de conseguir una mejora en el camino de sus aspiraciones?

Indudablemente que no. El P. V. es oportunista: pero con su cuenta y razón, tal como lo aprendió del Maestro, que, en esto como en todo, nos dio la pauta, nos dejó escritas las normas.

Era el mes de mayo de 1903. Acababan de celebrarse en Bizkaya unas elecciones de diputados a Cortes, a las que el P. N. V. no presentó candidatos propios, y prestó su apoyo oficial a otros independientes de su seno.

Y el Maestro, en un precioso artículo titulado "La oportunidad", que apareció en el número 81 del semanario nacionalista "La Patria", explicó clarísimamente su criterio antiunionista, aunque oportunista, en frases tan claras y terminantes como éstas:

"Entendedlo bien, correligionarios: nuetsro partido no se ha unido a ningún otro en la pasada elección. Nuestro partido, al tomar su acuerdo de apoyar a determinados candidatos que no eran de su seno, ha prescindido de quiénes pudieran ser los que a su vez les prestaran su apoyo, y lo ha hecho en la seguridad de que aquellos candidatos no representaban ni pertenecían siquiera a ninguno de los otros partidos. Si en la campaña se ha encontrado con que fuerzas procedentes de otros partidos han luchado por la misma causa que él, bien venidos hayan sido. Que bien venidos sean los mismos ejércitos infernales, como vengan a ayudarnos en la justa y santa empresa en que trabajamos.

Para el bien, aun con los malos; para el mal, ni con los santos. Este es el lema cristiano y, por lo tanto, nuestro.

Prosigamos, pues, siendo oportunistas. Mas al obrar como tales, tengamos siempre muy presente que la oportunidad de tiempo es secundaria respecto de la justicia intrínseca del acto. No llegue a fascinarnos tanto la razón de oportunidad que por ella tengamos que sacrificar nuestra conciencia nacionalista. Conviene advertirlo, porque hay ocasiones en las que el hombre, ofuscado por la ilusión de un éxito sólo aparente y mentido, está dispuesto a sacrificar, por la oportunidad de tiempo que se le ofrece para alcanzarlo, la misma causa que defiende y por cuyo triunfo trabaja.

Para morir deshonrado el nacionalismo más valiera que nunca hubiese nacido.

Mas dentro de lo justo en sí mismo razonable, observemos siempre esta oportunidad."
 
 

El patriotismo del Cardenal Mencier

Para mantener estas teorías de que los vascos no debemos plantear, para reivindicar nuestro derecho nacional y recobrar la independencia euzkadiana, un problema religioso, sino nacional, el problema vasco, se ha invocado el ejemplo del Cardenal Mercier, invitándonos a seguir la ruta de aquella eminencia de la Iglesia.

Y sí que la seguimos los patriotas sabinianos, los de JAUN-GOIKUA ETA LAGI-ZARA, los que no prescindimos del problema religios ante el problema nacional euzkadiano, como Sabino de Arana, como el Cardenal Mercier no prescindieron en ninguno de los momentos de su vida edificantemente patriótica.

Porque el Cardenal Mercier, entiéndase bien, jamás se dirigió para nada a los partidos acatólicos de la católica Bélgica, si es que los había. El Cardenal Mercier se dirigió en todo momento a sus fieles, a sus diocesanos, a los católicos belgas, a quienes exhortó a mantener entonces –en los tiempos de la invasión- el espíritu religioso y la sumisión a la Iglesia Católica, que tiene su Cabeza en Roma.

Al decir esto no hablo de mi memoria. Tengo delante de mi vista un precioso libro que contiene todas las cartas, pastorales, discursos, alocuciones, etc., del ilustre Cardenal Mercier, arzobispos de malinas, primado de Bélgica y eminencia de la Iglesia Católica, publicados durante la invasión de su patria. Ese libro lleva por título "PER CRUCEM AD LUCEM", que es el mismo de una de sus más famosas pastorales publicada en Bruselas el 21 de julio de 1916.

En esta pastoral se dirigía a sus diocesanos, a los católicos belgas, y les decía así:; "Carísimos hermanos: Debíamos reunirnos aquí para festejar el 85º aniversario de nuestra independencia nacional. Dentro de catorce años, tal día como hoy, nuestras catedrales restauradas y nuestras iglesias reconstruidas estarán abiertas; la multitud se precipitará en ellas; nuestro rey Alberto, de pie en su trono, inclinará, pero con un gesto libre, ante la majestad del Rey de reyes, su frente indómita; la reina y los príncipes reales le rodearán; volveremos a oír los alegres repiques de nuestras campanas, y cogidos de la mano, renovarán sus juramento a su Dios, a su soberano y a sus libertades, mientras que los obispos y sacerdotes, intérpretes del alma de la nación, entonarán en común impulso de jovial gratitud un triunfal Te Deum".

La simple enunciación del índice del libro de referencia, da idea exacta de cómo el Cardenal Mercier, en todas sus cartas, pastorales, discursos y alocuciones, dirigidos siempre a sus diocesanos, no solamente no abandonaba el e la destrucción parcial de la Colegiata de Lovaina, del incendio de su biblioteca y de las instalaciones científicas de nuestra gran Universidad, de la devastación de la cudad, de los fusilamientos y de las torturas inflingidas a mujeres, niños y hombres sin defensa. Y cuando tales horrores aún me estremecían, las Agencias telegráficas nos anunciaban el bombardeo de nuestra admirable iglesia metropolitana, la iglesia de Nuestra Señora, allende el Dyla, del palacio de Malinas.

Alejado de mi diócesis, sin medios de comunicación con vosotros, tuve que encerrar mi dolor en el alma y depositarlo con vuestro recuerdo, que nunca me abandonó, al pie del Crucifijo.

Y este pensamiento sostuvo mi valor y me iluminó: Una catástrofe conmueve al mundo –me dije-, y nuestra querida pequeña Bélgica, tan fiel a Dios, a pesar de todo, en la masa de su pueblo, tan orgullosa de su patriotismo, tan grande en su rey y en su Gobierno, es la primera víctima. Bélgica sangra, sus hijos caen a millares en nuestros fuertes, en los campos de batalla, en defensa de su derecho y de la integridad de su territorio; pronto no habrá en el solar belga una familia que no esté de luto. ¿Por qué, oh Dios mío, todos estos dolores? ¡Señor, Señor! ¿Nos habéis abandonado?

Entonces miraba mi Crucifijo, contemplaba a Jesús, el dulce y humilde Cordeo de Dios muerto, envuelto en su sangre, como en una túnica, y creía percibir que de sus labios salían las palabras que el salmista pronuncia en su nombre: "Dios, mi Dios, ¿por qué me habéis abandonado? ¿Por qué rehusáis el socorrerme y escuchar mis quejas".

Y el lamento se detuvo en mis labios, y pensé en lo que nuestro Divino Salvador dijo en su Evangelio: "No puede el siervo ser mejor tratado que su Señor". El cristiano es el discípulo de un Dios que se hizo hombre para sufrir y morir. Alzarse contra el dolor, rebelarse contra la Providencia porque consiente el sufrimiento y el luto, es olvidar sus orígenes, la escuela en la que hemos sido formados, el nombre de cristiano, que honra en su hogar, contempla sobre el altar ante el que ora y desea tener sobre la tumba en que debe dormir su último sueño.

Mis muy queridos hermanos; volveremos pronto sobre la ley providencial del sufrimiento, pero no negaréis que si plugo a un Dios hecho hombre, santo, inocente, sin mácula, sufrir y morir por nosotros, pecadores, culpables, criminales tal vez, nos es lícito quejarnos, sea lo que fuere lo que tengamos que sufrir: la verdad es que ninguna catástrofe del mundo, en tanto no alcance más que a las criaturas, es comparable a aquella que nuestros pecadores provocaron, y de la que todo un Dios quiso por sí mismo, en el Calvario, ser la víctima inocente.

Recordada esta verdad fundamental, me encuentro más tranquilo para invitaros a mirar frente a frente la situación que se nos ha creado a todos, y para hablaros sin ambages de nuestros deberes y de nuestras esperanzas.

Estos deberes los resumo en dos palabras: patriotismo y firmeza."

Hasta aquí el prólogo: y después largamente explica cómo él entiende esas dos palabras, patriotismo y firmeza. Si en su definición prescinde del problema religioso, véase leyendo algunos párrafos al azar de los muchísimos en los que con claridad meridiana se expresa:

"Rezad todos los días, hermanos míos, por estos 250.000 hombres y por los jefes que los conducen a la victoria; rezad por nuestros hermanos de armas; rezad por los que ya han caído; rezad por los que siguen luchando, rezad por los reclutas que se preparan para las luchas de mañana."

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

"En el día de la victoria final todos participaremos del honor: justo es que todos participemos hoy de la pena. Según rumores que he podido recoger, parece que de ciertos lugares donde la población ha padecido menos se levanta a veces contra Dios amargas palabras, que si estuvieran fríamente calculadas serían casi blasfemias."

"¡Ah! Harto comprendo las rebeldías del instinto natural contra los males que se han abatido contra la católica Bélgica; el grito espontáneo de la conciencia es siempre el de que el éxito corone de súbito la virtud y que la injusticia sea al momento reprimida."

"Pero los caminos de Dios no son los nuestros, dice la Sagrada Escritura; la Providencia da libre curso, durante el intervalo que su sabiduría ha fijado, al juego de las pasiones humanas y al choque mutuo de los intereses. Dios es paciente porque es eterno. La última palabra, la de la misericordia, es para los que tienen fe en el amor divino. "¿Por qué estás triste, ¡oh alma mía!, y por qué te turbas? ¿Quare tristis es, anima mea, et quare conturbas me? Espera en Dios, bendícele siempre; ¿no es tu Salvador y tu Dios? Spera in Deo quoniam adhuc confitebor illi, salutare cultus mei, et Deus meus".

Y en esa célebre pastoral dice, dirigiéndose a sus hijos los católicos belgas –entiéndase bien, a los católicos belgas y no a los socialistas, ateos o acatólicos- estas palabras vibrantes:

"Considero –dice solemnemente- como una obligación de mi cargo pastoral definir vuestros deberes de conciencia (¿los de los masones?) frente al poder que ha invadido nuestro suelo y que, momentáneamente, ocupa su mayor parte. Este Poder no es una autoridad legítima. Por consiguiente, en el fondo de vuestra alma no le debéis ni estima, ni adhesión, ni obediencia."

Exactamente igual que Arana-Goiri, nuestro Maestro, dijo a los euzkos. Y exactamente igual –fijaos en la coincidencia patriótica- en su concepción cristiana por encima de todo. Seguid oyendo al Cardenal Mercier, precisamente en esa misma famosísima patoral de la cual se dice que va dirigida a la nación belga y NO INVOCA LA RELIGION. Se expresa así el Cardenal Mercier:

"¡Ah, razón soberbia, creíste poder prescindir de Dios! Murmurabas cuando, por su Cristo y por su Iglesia, pronunciaba las graves palabas de expiación y penitencia" ¡Ebrio de tus efímeros éxitos, hombre frívolo, harto de oro y de placder, te bastabas insolentemente, a ti mismo! Y el verdadero Dios era relegado al olvido, desconocido, blasfemado, con escándalo a veces, por aquellos a quienes su situación obligaba a dar al prójimo el ejemplo de respeto al orden y a sus cimientos. La anarquía penetraba en las capas inferiroes, las conciencias rectas se sentían en tentación de escándalo. "¿Hasta cuándo –pensaban- hasta cuándo, Señor, toleraréis el orgullo de la iniquidad? ¿Dónde estáis, Maestro? ¿Daréis, al fin, la razón al impio, que proclama que os desinteresáis de vuestra obra?

Un rayo, y héte todos los cálculos humanos volcados. Europa entera tiembla sobre un volcán. El temor de Dios es el principio de la sabiduría.

Las emociones se atropellan en las almas, pero hay una que domina, y es el sentir de que Dios se revela con el Señor.

Las naciones que primero han dado el asalto y las que se defienden se sienten igualmente en la mano de Aquel, sin el cual nada se hace y nada llega a término.

Hombres desde hace tiempo desacostumbrados a la oración, se vuelven hacia Dios. En el ejército, en la esfera civil, en público, en el secreto de las conciencias, se reza. Y esta vez la oración no es una palabra estudiada de memoria que florece en los labios: sube del fondo del alma y se presenta ante la Soberana Majestad, bajo la sublime forma de la ofrenda de la vida. Es todo el ser que se inmola a dios. Es la adoración, el cumplimiento del primero y fundamental precepto del orden moral y religioso: Dominumn Deum tuum adorabis et illi soli serviess. Adorarás al Señor, tu Dios, y te pondrás SOLO A SU SERVICIO."

"Por nuestra parte, hermanos míos, SOLO QUEREMOS ADORARLE."

Me da verdadera pena no poder seguir copiando los fervorosos párrafos que se contienen en esta pastoral y en todas las publicadas por el ilustre Cardenal Mercier, recogidas en el libro que cito, en cuyas 242 páginas, sin excepción de una sola de ellas, se mantienen vivo, latente, jugoso y emocionante, el espíritu cristiano, el problema religioso.

El Cardenal Mercier fundaba su patriotismo únicamente en su amor a Dios, y así decía en su pastoral titulada "La devoción a Cristo y a su divina Madre":

"¿Qué es una moral sin dogma, una piedad sin doctrina, sino un edificio en el aire o construído sobre arena?"

"No olvidemos nuestros orígenes. Conservemos el culto de la tierra natal. La hora presente recuerda a la católica Bélgica la ley de sacrifico –a la católica Bélgica, dice-. Nada de desfallecimiento, hermanos míos; agrupémonos –los católicos, se entiende- con la frente erguida y el corazón valiente, con todos los santos. EN TORNO A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES, AL PIE DE LA CRUZ (¿los ateos?). Cuando suena el fúnebre tañido, la resurrección se acerca. Apresurémonos a colmar la medida de las satisfacciones que reclama de nosotros la Justicia divina. ¡En breve celebraremos tanto haber sufrido un poco!"

Pues bien; a pesar de todo esto, contra todo esto, se ha puesto al Cardenal Mercier como ejemplo, como banderín de enganche para defender la tesis –francamente antisabiniana- de que los vascos debemos de prescindir del problema religioso para "tender, sin escrúpulo de ningún género, a articular cuantas fuerzas nacionalistas existan, o puedan existir, en un frente nacional, sin invocar nuestras diferencias sociales o religiosas para impedir el contacto y dividir nuestra acción contra los que violaron el derecho "Verdana">Conclusión

Y ahora, para terminar, voy a concretar con unas palabras, también del Maestro -¡éstas sí que son luminosas! –el tema de este mi modesto folleto SOLO JEL BASTA.

Decía así Sabin, y léelo, ¡MENDIGOXALE!, con profunda atención. Para que puedas captar la enseñanza de esta sentencia, que es de valor insuperable, de sentido eterno:

Basta que vayamos unidos en una cosa: en procurar la independencia de nuestra patria para asentarla sobre la base de JEL. Te lo digo con toda mi alma:

BASTA JEL
 
 
 
 
 
 
 
 

(1) Empleo la palabra izquierdista, porque así hoy se entiende por aconfesional o ateo, sin entrar en su significado originario.

 

 

 

 


 


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